12 septiembre 2003
Washington, (EFE).- Johnny Cash, el "hombre de negro" que a lo largo de una prolongada carrera dio voz en sus canciones a los olvidados, los deportados, los que aman, los que sufren y los que mantienen su fe, murió hoy a los 71 años de edad.
"Johnny murió debido a complicaciones de la diabetes que resultaron en un fallo respiratorio", indicó su agente Lou Robin en un comunicado emitido por el Hospital Baptista de Nashville, en el estado de Tennessee.
Su esposa, June Carter Cash, con quien Johnny compartió 35 años de matrimonio y numerosas producciones artísticas, había muerto en mayo pasado a los 73 años de edad por complicaciones después de una intervención quirúrgica cardiaca.
Johnny Cash fue una figura dominante en la música estadounidense que se hizo sentir sobretodo en el estilo "country", y su labor se reconoció con 10 premios Grammy y su entrada al Salón de la Fama del Rock'n' Roll, al de la Música Country, y a la de los Compositores de Canciones.
En decenas de canciones que alcanzaron los primeros puestos en las listas de discos más vendidos, y a lo largo de cinco décadas, Cash alzó su voz grave, a veces con ronquera, llena de sensibilidad masculina para hablar de los presos, de los trabajadores, y de quienes tienen el corazón hendido por males de amor.
Debido a las frecuentes presentaciones de Cash en prisiones y su estilo de vida alborotado en los primeros años de su carrera, mucha gente creía que él mismo había estado preso.
Lo cierto es que el artista nunca estuvo encarcelado, aunque sí lidió en varias etapas de su vida con la adicción a distintas píldoras.
En su autobiografía "Cash", publicada en 1997, el cantante nacido en 1932 en Kingsland (Arkansas) escribió que trataba de hablar "por las voces ignoradas y suprimidas en los medios de entretenimiento, y también por los sistemas educativos y políticos".
En el disco "The Highwaymen" producido en 1985 junto con Kris Kristofferson, Willie Nelson y Walyon Jennings, Cash le cantó al país el tema de Woody Guthrie "The Deportees" (Los deportados), en tiempos en los que se prestaba muy poca atención a los inmigrantes.
El rango de voz de Cash era limitado, pero los matices de su entonación y la emoción transparente de sus interpretaciones le llevaron al éxito también en las canciones en las que habla de los pesares y venturas cotidianas y de desencuentros en los campos del amor.
Las décadas de 1960 y 1970 fueron los de mayor éxito comercial para Cash, y en los años 1990 retornó a los estudios con grabaciones a cargo del productor de "rap" y "hard rock" Rick Rubin, con el sello American Recordings.