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BAGDAD, IRAQ.- Ochenta y ocho iraníes murieron de hambre, sed y a causa de minas luego de la caída del régimen de Saddam Hussein tratando de efectuar por sus medios peregrinajes a los santos lugares del shiísmo que se encuentran en Iraq, indicaron ayer guardias fronterizos citados por la prensa.
Sesenta y seis personas murieron de hambre y sed y 12 debido a las innumerables minas que todavía se encuentran enterradas desde la guerra entre ambas naciones, mientras que al menos 30 resultaron heridas, detalló el jefe militar de los guardias, comandante Behnam Chariati Fard.
Los arrestados en la frontera queriendo entrar ilícitamente en Iraq ascienden a 41 mil 970 personas que fueron devueltas a sus lugares de origen. Además, 294 pasantes fueron transferidos a la justicia.
En el otro sentido, cuatro mil 447 iraquíes fueron arrestados intentando ingresar clandestinamente en Irán.
Seis de los 12 imanes reverenciados por los shiítas iraníes están enterrados en Iraq. Los lugares más importantes son Najaf y Kerbala, porque allí están enterrados el imán Alí, considerado como el sucesor del Profeta, y el imán Hosein, nieto de Mahoma.
Los peregrinajes oficiales de iraníes a Irak se suspendieron durante la guerra. Pero, según la prensa, miles de peregrinos siguen emprendiendo el camino de Iraq por sus propios medios o contratando los servicios de traficantes.