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Cuando el profesor pregunta a sus alumnos y ellos entornan los ojos o dejan la boca abierta, sin responder, no es porque no sepan. Seguramente salieron de sus casas sin desayunar o, por lo menos, no comieron lo necesario. Esto afirma la Procuraduría Federal del Consumidor de nuestro país en la Guía para el regreso a clases .
Sin un buen bocado matutino, falla la facilidad para hablar y expresarse, además baja la capacidad para recordar y entender. El organismo cita estudios donde se afirma, además, que "la creatividad es superior en los niños que están bien alimentados".
La guía recomienda que los menores lleven a la escuela un refrigerio nutritivo preparado en casa, con una buena y variada selección de alimentos. El documento incluye una advertencia: "el refrigerio complementa la alimentación pero en ningún caso sustituye al desayuno".
Sobre lo que deben comer o no, la Procuraduría aconseja productos que no impliquen riesgos de asfixia por atragantamientos como: cacahuates, palomitas, uvas, aceitunas, zanahorias crudas, caramelos y gomitas.
¿Y si los niños se hacen del lunch por su cuenta? "No es recomendable dar dinero a los menores para que compren en la escuela. La mayoría de alimentos expendidos allí son productos industrializados de poco valor nutritivo como frituras, pastelillos, dulces y refrescos", subraya la entidad. Para evitarlo, sugiere brindar orientación nutricional para que el niño escoja libremente, pero a conciencia. Una opción, agrega, es que padres e hijos preparen juntos el refrigerio.