Las declaraciones hechas por el Presidente del Consejo Coordinador Empresarial de la Laguna de Durango, en el sentido de que el Gobierno Estatal no muestra interés en la creación de nuevas empresas y promoción del empleo, son preocupantes. El dicho objeto del comentario, revela un enfriamiento de las relaciones entre los sectores productivos y el Gobierno, lo que desde luego no es saludable.
Por su parte el Presidente de la Delegación de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, expresa que el Gobierno de Durango no ha regresado el porcentaje del impuesto sobre nóminas que corresponde invertir en Gómez Palacio. Como se recordará, dicho gravamen fue establecido bajo un acuerdo con los sectores productivos, que implica el retorno a la región en obras específicas.
En ambos casos se confirma un estilo de gobierno poco sensible a los planteamientos de los empresarios, que tiene precedentes lamentables. El más notable de ellos, se concreta en la indiferencia mostrada frente a la propuesta denominada Visión 2020, que establece en perspectiva el desarrollo de la región lagunera en su conjunto, de acuerdo a su potencial y las necesidades de sus habitantes.
Una de las principales causas de este desinterés y falta de visión, se encuentra en un estilo de liderazgo que no ve mas allá del corto plazo y se concreta a sobrevivir el período temporal que le toca gobernar. Lo anterior es una lástima, porque los sistemas modernos de administración del destino de las naciones, requieren una visión de largo plazo como condición indispensable de la marcha hacia el bienestar.