Terminar con el problema social de los niños de la calle suena casi imposible, reconoció el Club Rotario Nueva Vizcaya, al considerar que el principal obstáculo es la falta de recursos, por lo que, por un lado, pidió a las autoridades y legisladores un esfuerzo adicional por hacer frente a la situación; también indicó que los clubes de servicios deben dejar de ser organismos de ‘socialitos’.
Ofelia López Espino, en voz del referido club social y de servicios, criticó el hecho de que los partidos gasten millones de pesos en cada campaña política, mientras que se incrementan y agravan los problemas sociales más lamentables que enfrenta la ciudadanía duranguense, como la pobreza, la marginación, la explotación laboral de menores y la presencia de niños en la calle.
La secretaria general del Comité Ejecutivo del referido club en Durango, Ofelia López, a nombre del mismo, reconoció que la sociedad tiene, con toda razón, la percepción de que el grueso de los clubes sociales y de servicios solamente son para convivir en un ambiente de comodidades y diversión; estamos tratando de eliminar eso, pero es la realidad.
Dejó claro que en el caso del problema de los niños de la calle y de los que viven en pobreza extrema hay mucho por hacer en Durango, aunque puntualizó que para lograr tener un mayor impacto es necesario que gobierno y sociedad se unan. “No sé quién sea el directamente responsable, pero la realidad ahí está y lo más importante es que la afrontemos todos”.
López Espino dijo a El Siglo de Durango que buena parte de las condiciones problemáticas que afectan a los menores que trabajan y a los que no tienen padres o no viven con ellos, tienen relación directa con la falta de afecto, más que con la ausencia de dinero.
Testimonio
En la colonia Emiliano Zapata, ubicada a pocos metros de lo que durante muchos años fue el relleno sanitario, un buen número de habitantes se hacen acompañar de sus hijos para acudir a ese lugar a recopilar aluminio, cartón, envases de vidrio y otros desechos.
La señora Rosario López y sus tres hijos hacen lo propio, “pero no todos los días, sino allá de vez en cuando”, dice. Al ser abordada por este medio mientras pasaba por un cerro de basura y llevaba de la mano a los dos más pequeños de sus hijos, reconoce que en la calle y en ese lugar los peligros son muchos.
“Por eso yo no suelto a mis hijos para nada, aunque se enojen. Hay drogadicción y problemas de todo tipo, pero no hay de otra mas que cuidarlos para que no caigan en malos pasos”, dijo.