La actual política fiscal del gobierno federal está gravando más a través del Impuesto Sobre la Renta (ISR) a los ahorradores nacionales, ya que se cobra dicha tributación sobre los intereses y rendimientos a los capitales depositados a plazo fijo, pero ahora se suman al ingreso total de quienes tienen dichas cuentas y el cobro es global, lo que ahuyenta el ahorro nacional y obliga que los inversionistas se protejan en moneda extranjera.
El diputado del PRI José María Alcántar Chávez expresó lo anterior, al explicar que actualmente la Ley del ISR tiene como objeto gravar el ingreso de las personas, que es obtenido por diversos medios, entre los que destaca el tema relativo a los intereses obtenidos en los rendimientos provenientes del ahorro.
El paquete fiscal enviado por el Ejecutivo federal al Congreso para el Ejercicio 2003 incluía el cambio de las reglas aplicadas hasta el año 2002, mediante el cual se venía gravando la renta en el caso específico de los intereses y rendimientos.
Entre los cambios más importantes que sufrió el capítulo referente a los ingresos por intereses, contemplado en la Ley del ISR, es que los rendimientos que ganen las personas físicas a partir del 2003 serán acumulables a los demás ingresos que obtengan y lógicamente esto influirá a pagar mayores impuestos, porque la base resultante de la suma es mayor que la del concepto aislado.
En cuanto lo que respecta al interés que será acumulable para efectos del ISR, es el interés real, denominándose de esta forma el interés nominal o bruto ganado, menos la parte inflacionaria de estos intereses. Aun cuando esta misma ley contempla el caso inverso, aquél en que los intereses inflacionarios resultan mayores que los intereses nominales, en este caso el contribuyente sufre una pérdida real que la ley fiscal reconoce, aunque no a todos permite su deducción.
Actualmente debido a la situación que atraviesa el país y aunado a las bajas tasas de intereses que otorgan las instituciones bancarias, esta reforma repercute de manera directa en el ahorro nacional, ocasionando el detrimento del mismo, debido a que la tasa de interés neto promedio, después de reducir los impuestos es de 2.66 por ciento en plazo fijo a 28 días, mientras que la inflación del año pasado fue de un 5 por ciento, lo que origina una pérdida en el capital del 2.34 por ciento.
Explicó Alcántar Chávez que en las situaciones antes mencionadas sería conveniente incluir exenciones sobre este impuesto que permitan minimizar el impacto que sufre el ahorro nacional, ya que actualmente las personas que paguen intereses tienen la obligación, en términos del artículo 160 de la Ley del ISR, de retener y enterar el impuesto aplicando la tasa que al efecto establezca el Congreso de la Unión en la Ley de Ingresos, para el Ejercicio Fiscal 2003, siendo la tasa de retención el 0.5 por ciento, debiendo enterarse como tasa anual, tal como lo contempla el artículo 23 de dicho ordenamiento.
Todo lo anterior desincentiva el ahorro en el país, obligando a los inversionistas a protegerse en moneda extranjera o a retirar su capital del país, perjudicando directamente a las personas físicas comunes, que tienen la oportunidad de guardar algo por simbólico que esto sea, pensando en el futuro, puntualizó el declarante.