PARIS, FRANCIA.- El español Juan Carlos Ferrero tuvo que esperar un año para volver a tener una nueva oportunidad de llegar al trono, pero finalmente ayer coronó su sueño de consagrarse como el rey del Abierto de Francia.
Ferrero, quien el año pasado había perdido la final de Roland Garros ante su compatriota Albert Costa, venció en sets corridos al holandés Martin Verkerk por 6-1, 6-3 y 6-2 y de esa forma ganó su primer título en torneos de Grand Slam.
“Hace 12 años vine por primera vez a Roland Garros y siempre había soñado con ganar aquí”, dijo Ferrero, de 23 años.
Después de terminar el partido con una derecha, Ferrero se arrodilló sobre el polvo de ladrillo del estadio Chatrier, y subió a las gradas para abrazar a sus colaboradores, a su padre y al resto de su familia.
“Estas dos semanas fueron las más especiales de mi vida, esperaba ganar este título y ahora ya lo tengo en el bolsillo”, agregó el español, a quien una adivina le había dicho que ganaría en París.
El valenciano, tercer preclasificado, se convirtió de esa forma en el sexto español que gana el título en la rama masculina del prestigioso torneo y el cuarto de la última década.
Por su parte, Verkerk, de 24 años, fue el primer jugador no preclasificado en llegar a la final desde que lo hiciera el sueco Mikael Pernfors en 1986.
En su primera presentación en Roland Garros, Verkerk se convirtió en el tercer holandés que alcanza una final de Grand Slam e intentó convertirse en el segundo de la historia en ganar uno de los cuatro torneos grandes después que lo hiciera su compatriota Richard Krajicek en Wimbledon en 1996.
Sin embargo, su caso fue más sorpresivo aún, ya que antes de llegar a París no había ganado siquiera un partido en torneos del Grand Slam.
Sube como la espuma en el ranking
A pesar de haber sido apabullado en la final, Verkerk, quien superó al argentino Guillermo Coria en semifinales, trepará del 46to. al 15to. lugar del ranking mundial de la ATP.
Además, los 420.000 euros (495.200 dólares) que recibió por haber llegado a la final duplicaron las ganancias que tenía hasta la fecha en toda su carrera.
“Nunca me había imaginado estar aquí”, en la entrega de premios después de la final, dijo el holandés. “Ahora que estoy aquí quiero decir que me siento muy feliz por él porque es un gran campeón (...) él mereció la victoria”, agregó en referencia al “Mosquito” Ferrero.
Fue la final más despareja desde la que se jugó en 1978, cuando el sueco Bjorn Borg derrotó al argentino Guillermo Vilas cediendo sólo cinco games.
Ferrero, quien desde su primera incursión en Roland Garros, en el 2000, siempre llegó al menos hasta semifinales, le quebró tres veces el servicio al holandés en el primer set, que duró sólo 38 minutos.
Verkerk, quien acumuló 124 aces en todo el torneo, no estuvo muy certero con su poderoso servicio en la final, y, a pesar de que le quebró una vez al español en el segundo, permitió que éste le rompiera el suyo en dos ocasiones, después que un hombre exhibicionista saltara desnudo a la cancha.
Por último, en el tercero, que sería el último, Ferrero sacó rápida ventaja de 3-1 y después se encaminó con tranquilidad hacia la victoria, que, por ahora, es la más importante de su carrera.
Nudista asustó al holandés Verkerk
Un exhibicionista que saltó desnudo a la cancha del estadio Chatrier de Roland Garros durante la final del Abierto de Francia asustó al tenista holandés Martin Verkerk, quien cayó ayer ante el español Juan Carlos Ferrero en París.
El nudista saltó al court central justo después que Verkerk quebró el saque de Ferrero para ponerse con ventaja de 2-1 en el segundo set tras haber perdido el primero contra el valenciano por 6-1.
El hombre pasó corriendo por detrás de los jugadores y saltó la red mientras los guardias de seguridad trataban de agarrarlo y lo perseguían por la cancha, ante el divertimiento del público.
Después de la sorpresiva interrupción, Ferrero, tercer preclasificado, tomó el control del segundo set, luego ganó el tercero y finalmente se quedó con su primer título en torneos de Grand Slam.
Después de la final, tras la ceremonia de entrega de premios, ambos jugadores dijeron que no se sintieron amenazados, pero Verkerk reconoció que sintió cierta preocupación por lo ocurrido en 1993, cuando un fanático alemán apuñaló a la yugoslava Mónica Seles, que entonces era la número uno del mundo entre las mujeres, durante un descanso de un partido en Hamburgo.
“Después de lo que ocurrió con Seles uno tiene que tener cuidado porque imagínese si un tipo quería que Ferrero ganara de a toda costa y yo estoy dos sets arriba, y entonces me empieza a golpear”, dijo el holandés, que perdió 6-1, 6-3 y 6-2.
“Hay gente un poco loca en el mundo. Da miedo, pero si alguien quiere caminar desnudo por la cancha lo hace”, agregó.
Después de apuñalar a Seles, el fanático germano dijo que lo había hecho por su ídolo Steffi Graf, quien en ese época había sido superada por la entonces yugoslava al frente del circuito femenino de la WTA.
Un idiota
De todas formas, Verkerk trató de restarle importancia al incidente del domingo, que le recordó la ocasión en que una mujer saltó al court central de Wimbledon durante la final de 1996, en la cual su compatriota Richard Krajicek derrotó al estadounidense MaliVai Washington.
“Fue gracioso”, dijo Verkerk. “Me gustó mucho, y en realidad eso hizo que yo me relajara un poco. Fue un idiota, no sé que estaba tratando de hacer al saltar por la red para escapar de los guardias de seguridad”, relató el holandés.
“Fue lo mismo que ocurrió en Wimbledon con Krajicek-Washington. Richard estaba muy tenso y de repente una mujer entró desnuda a la cancha. Yo tuve un hombre en la cancha y, por supuesto, hubiera preferido a una mujer”.