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Festeja Liberia alto al fuego pese a dudas

Notimex

Lisboa, Portugal.- El alto el fuego firmado la víspera por representantes de la insurgencia y del gobierno liberianos en Accra, Ghana, entró en vigor ayer y fue festejado en las calles de Monrovia por miles de personas.

El acuerdo prevé la formación en 30 días de un gobierno interino, del que no formará parte el presidente Charles Taylor, pero el vocero de la presidencia Vaani Passawe, ha negado que el líder haya aceptado su dimisión, exigida por los rebeldes.

Según Passawe, la parte política de los acuerdos será negociada dentro de un mes y “aquellos que juzgan ser más populares (que el presidente) deberán enfrentarlo en elecciones democráticas”.

Antes de las negociaciones que derivaron en el acuerdo, Taylor, quien fue elegido en 1997 por más de dos tercios de los votos, había anunciado que no se postularía para un segundo mandato en las elecciones presidenciales de 2004.

Pese a las dudas acerca de la solidez del pacto, la población de la capital liberiana no esperó explicaciones oficiales para festejar ruidosamente el aparente fin de una de las más sangrientas y devastadoras guerras africanas.

El acuerdo es resultado de dos semanas de negociaciones con mediación de la CEDEAO, en especial de Estados Unidos y Reino Unido, que consideran Taylor una amenaza para la paz y la estabilidad en África.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) han decretado embargos contra las exportaciones de diamantes y madera de Liberia, acusando Taylor de fomentar movimientos armados contra los gobiernos de las vecinas Sierra Leona, Guinea y Costa de Marfil.

Hace diez días un tribunal internacional creado por la ONU para juzgar los crímenes de guerra en Sierra Leona emitió un mandado de captura contra el líder liberiano, que se encontraba en Accra para las negociaciones de paz.

Pero las autoridades de Ghana, con el acuerdo de la mayoría de los países de la CEDEAO permitieron a Taylor volver libremente a su país, considerando “inoportuna” la medida de la ONU.

La Unión Europea (UE) pidió el lunes a Taylor “cooperar con el tribunal internacional” como condición para restablecer la cooperación y la asistencia para la reconstrucción de Liberia, devastada por casi 14 años de guerra que dejó más de 200 mil muertos.

El diez de junio, los rebeldes del LURD (Liberianos Unidos por la Reconciliación y la Democracia), que controlan cerca de dos tercios de Liberia, comenzaron el asalto contra la capital.

Tropas francesas estacionadas en Costa de Marfil procedieron entonces al desalojo de cientos de estadounidenses y europeos, principalmente funcionarios de empresas y miembros de organizaciones no gubernamentales.

A pesar de la contraofensiva de las fuerzas leales a Taylor, que lograron expulsar a los rebeldes de Monrovia, y del alto el fuego firmado en Accra, Nigeria continúa desalojando a sus cerca de seis mil nacionales y Ghana ha empezado a retirar a sus casi mil 500 ciudadanos de la ciudad.

Estados Unidos envió hacia Monrovia un buque de guerra, que regresaba del Golfo Pérsico, con mil 800 infantes de Marina a bordo, oficialmente para proteger el desalojo de los extranjeros.

Según algunos analistas, este movimiento podría significar que Washington está dispuesto a usar la fuerza para obliga a dejar el poder, y especularon que los países vecinos han sido informados de la inminente intervención militar estadounidense.

Pese a haber perdido el apoyo de la casi totalidad de la población, Taylor dispone aún de considerable apoyo militar y tribal, y podría presentar una fuerte resistencia.

Por otro lado, el LURD no es el único movimiento rebelde. El Movimiento por la Democracia (MD) no firmó el alto el fuego y sus intenciones son inciertas.

Muchos temen que la tregua sea sólo un episodio más de la lucha entre los varios caudillos liberianos, como sucedió a lo largo de la década de 1990.

Fundada en 1847 como Estado independiente por esclavos negros estadunidenses liberados, que compraron el territorio para permitir el regreso de los afroamericanos a su continente de origen, Liberia fue gobernada hasta 1980 por los descendientes de estos ex esclavos, que constituyen cinco por ciento de los tres millones de habitantes.

En 1980, el sargento Samuel Doe encabezó un golpe de Estado contra el presidente William Tolbert, quien fue ejecutado con 12 miembros de su gobierno, en nombre de la lucha de liberación de los liberianos autóctonos.

Los nativos eran considerados ciudadanos de segunda clase en su propio país y eran víctimas de un régimen de segregación muy similar a la esclavitud, en particular en las grandes plantaciones de la Firestone Tyre and Rubber Co, principal fuente de riqueza de Liberia.

Pero la caída del anterior régimen fue el principio de las luchas de las diversas tribus y etnias que constituyen la población del país.

Charles Taylor fue uno de los caudillos que tomó las armas contra la “dictadura” de Doe, quien terminó siendo capturado y torturado hasta la muerte en 1990.

La CEDEAO trató en vano de restaurar la paz, y Nigeria, la principal potencia regional, acabó por involucrarse en el conflicto, sin conseguir impedir Taylor conquistar la mayor parte del país y la capital.

Los acuerdos de paz firmados en 1995 reconocieron esta situación de hecho y aceptaron la realización de elecciones presidenciales y legislativas, que Taylor ganó por abrumadora mayoría en 1997.

Entre tanto, las guerras tribales, carracterizadas por actos de brutalidad extrema, masacres, mutilaciones y todo tipo de violencia, arrastraron a los países vecinos.

Taylor fue acusado, con o sin razón, de estar detrás de todos los intentos de golpe y rebeliones armadas en la regió.

La prensa anglófona ha satanizado la figura de Taylor, mostrándolo como un líder tiránico y sin escrúpulos que se enriqueció con el tráfico ilícito de armas, drogas y los llamados “diamantes de sangre”, y que se alió con el líder libio Muammar Kadhafi para desestabilizar a los regímenes prooccidentales del oeste africano.

Estados Unidos parece determinado a acabar con Taylor y su régimen, pero la duda que prevalece es si, después de conseguirlo, podrá asegurar la paz y el desarollo de Liberia, y la estabilidad regional.

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