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MÉXICO, D.F.- El reloj de la Catedral Metropolitana marcó las 11:55 de la mañana; el acto de cierre de campaña del Partido de la Revolución Democrática (PRD) iniciaba con música y una lluvia de papeles de color amarillo y negro.
La Alameda, las avenidas 20 de Noviembre y Pino Suárez se convirtieron en áreas de desembarco de la “ola amarilla”, que bajaba de automotores, enfundada en playeras, con gorras, pancartas y pendones.
Avanzaban en contingentes organizados por delegaciones o distritos, por porras para candidatos: “Los de Virginia Jaramillo (candidata a jefa delegacional en Cuauhtémoc), júntense”, ordenaba un hombre por altavoz a un grupo que llegaba por la calle de Madero.
Por calzada de Tlalpan o el Eje Central avanzaban caravanas de vehículos, casi todos a reventar; por las ventanillas de los autobuses ondeaban la banderas amarillas y los choferes anunciaban su llegada con claxonazos.
A algunos se les citó desde las 10:00 de la mañana, y el premio por llegar temprano fue colocarse lo más al frente que pudieron.
No fueron muy efectivos los promocionales de radio, que costaron siete millones de pesos, ni los de televisión por los que se pagaron otros 25 millones, en donde se invitaba a este acto masivo: había huecos frente al Palacio Nacional y junto a Los Portales.
La dirigencia partidista gastó 230 mil pesos en la organización del cierre, y hablaba de este acto como un éxito. Las cifras salían a relucir por doquier: 80 mil asistentes, según los líderes; 50 mil, según la prensa; 40 mil, informaban las autoridades.
Uno a uno, los abanderados a jefes delegacionales subieron al templete, acompañados por Rosario Robles y Agustín Guerrero, presidentes del PRD nacional y capitalino, respectivamente.
Abajo, a unos 50 metros del templete, la militancia organizaba porras para su candidatos, mientras voluntarios vestidos con playeras negras hacían valla para separar a la gente de un espacio que se ubicaba entre el templete y la militancia, en donde se colocaron sillas reservadas para candidatos a diputados y uno que otro funcionario.