Las anomalías en la Dirección Municipal de Salud detectadas por autoridades de Salubridad del Estado de Coahuila, deben ser corregidas. De acuerdo a la información, la Jurisdicción Sanitaria en la Región habría respondido a señalamientos hechos sobre el particular, con una inspección que derivó en el hallazgo y como consecuencia, en un ultimátum al Ayuntamiento en funciones.
De las actas levantadas, se desprende que la Dirección Municipal de Salud carece de instalaciones, equipo, mantenimiento y limpieza adecuados para funcionar, en los rubros de laboratorio, clínica de atención a pacientes y eliminación de residuos peligrosos. En tales condiciones extremas, la labor de vigilancia de la Jurisdicción Estatal de Salubridad, también queda en entredicho.
Las omisiones y carencias son tan graves, que vale concluir que la administración anterior no hizo su tarea o que a la actual, se le cayó al suelo la operación del servicio de salud en sólo veinte días. La observación no pretende enfrentar niveles de gobierno ni posiciones partidistas, pero reivindica el derecho a la información sobre el estado en que fue entregado y recibido el Gobierno Municipal, en ocasión del reciente relevo.
Uno de los frutos de la alternancia en el poder, es que abre la oportunidad para conocer el estado real del Gobierno y evaluar el desempeño de cada equipo de mando, en función de una interactuación que debe ser clara y respetuosa. La administración que preside Guillermo Anaya está obligada a informar con transparencia y oportunidad al respecto en forma objetiva, sin ruidoso denuesto ni silenciosa complicidad.