El Siglo de Torreón
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Un enorme bandoneón ejecutó su música impulsado por los dioses. De su interior y en un acto simbólico emergió una mujer, un hombre se acercó y los dos juntos, en un lenguaje silencioso, dieron inicio al baile prohibido.
El imponente cielo estrellado -conseguido gracias a la iluminación- cubrió el foro, como en un sueño. Al fondo, la música de la orquesta se escuchó, y el espectáculo Forever Tango comenzó a contar el surgimiento y transformación del baile que ahora es un ícono nacional argentino.
Contrariedades de la vida. En sus inicios -en la Argentina de 1880- el tango era del pueblo; en los primeros tangos los protagonistas eran personas del bajo mundo. Ahora todo es diferente. La noche del jueves los laguneros pobres no tuvieron cabida en este espectáculo, únicamente aquellos que pudieron pagar los 600 pesos del boleto; fueron un total de 500 asistentes que disfrutaron el encanto y elegancia de las siete parejas que entrelazaban sus piernas al suave ritmo del bandoneón, y quienes al reto de la agilidad, sumaron el de la belleza implícita del erotismo.
El excelente sonido y el diseño de iluminación, lograron la atmósfera perfecta. Los bailarines alternaban sus números con la actuación en solitario de la orquesta y la del intérprete Carlos Morel, quien dejó el alma en el escenario al interpretar El Día que me Quieras, Milonga para Gavito y El Loco.
El cabello engomado apenas se movió. Ellos enfundados en trajes elegantes y los vestidos escotados y brillantes de las mujeres, se deslizaron por el aire siguiendo el movimiento de sus cuerpos.
Forever Tango es un espectáculo en dos actos, donde se muestra de forma sencilla las diferentes etapas de este tipo de baile a través del tiempo. El primer acto representa los inicios del tango en una danza, mitad baile mitad pelea en un duelo de emociones y de pasiones; mientras que en la segunda parte, las parejas se ponen en juego sobre el escenario, con su técnica, elegancia y fuerza expresiva.
Apenas había transcurrido la primer hora del espectáculo, y los laguneros ya le habían dado un diez a la presentación. Las butacas del Teatro Alberto M. Alvarado lucieron casi a su máxima capacidad. El público compuesto lo mismo por adultos, jóvenes y uno que otro argentino no perdió detalle de los movimientos estilizados de las parejas que se rozaban con atrevimiento y agilidad.
Luego de dos horas de espectáculo -el cual dio inicio a las 8:15 de la noche- el mismo bandoneón con que inició Forever Tango, tuvo la necesidad de reencontrarse con la mujer, y en un último baile se mostraron los sentimientos reprimidos, el dolor y la pasión, la esencia del tango que más allá del cuerpo surge de las almas.
De esta forma, el tango continuará con su poderosa vitalidad, con la esencia pura del juego del amor y la vida; la ternura infinita, la pasión, el juego amoroso y sus devaneos, salpicado todo con el rol invariable del macho dominante, y la belleza y sensualidad de la mujer que lo hace rendir a sus pies.
Simplemente, inolvidable
En todo momento, los bailarines lucieron sus pasos increíbles así como un dominio de la expresión corporal y facial.
-La orquesta estuvo conformada por diez músicos, misma que fue dirigida por Víctor Lavallén.
-El programa que presentaron incluyó piezas musicales y coreográficas como: Tanguera, Preludio del Bandoneón y la Noche, El Suburbio, A los Amigos, Derecho Viejo, El Canto, La Mariposa, El Humor, Milonga, El Loco, entre otros.
-En el espectáculo participaron diez músicos con tres bandoneones, instrumento característico del tango, el cual le da la forma y color.
-Bailarines: Carlos Gavito y Marcela Durán, Fabio Narváez y Lorena Yácono, Carlos Vera y Laura Marcarie, Marcelo Bernadaz y Verónica Gardella, Francisco Forquera y Natalia Hills, Gabriel Ortega y Sandra Bootz, Claudio González y Melina Brufman.
-Cantante: Carlos Morel.
-Músicos: Bandoneón: Víctor Lavallén, Santos Maggi, Jorge Trivisonno, Carlos Niesi. Violines: Rodion Boshoer, Abraham Becker. Viola: Alexander Sechkin. Cello: Patricio Villarejo Bajo: Silvio Acosta. Piano: Jorge Vernieri. Keyboard: Carlos Marzán.
-Productor: Luis Bravo
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón