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MÉXICO, DF.- Tajante, el presidente Vicente Fox ordenó a su secretario particular Alfonso Durazo despedir a Guido Belsasso, por abusar de su cargo.
La instrucción se dio la tarde del pasado miércoles, y ante la instrucción Durazo Montaño estableció comunicación con el ahora ex comisionado del Consejo Nacional contra las Adicciones (Conadic), quien intentó explicar y argumentar su accionar.
Se le dijo que era inútil, que ya no habría ninguna comunicación ni contacto con el presidente Fox, quien ya había cruzado llamadas con los secretarios de Salud, Julio Frenk, y de la Función Pública, Eduardo Romero Ramos.
“Con la expulsión de Guido Belsasso del Gobierno, el presidente Fox envió un mensaje claro a todos sus colaboradores”, confió un alto funcionario de la Presidencia de la República. Y tras el despido de Belsasso, éste comenzó a tender su defensa legal, y para ello decidió permanecer en la ciudad de México.
Ante los hechos, el gobierno aseguró que Belsasso será objeto de una investigación por parte del órgano interno de control de la Secretaría de Salud.
El miércoles, Guido Belsasso presentó su renuncia al presidente Vicente Fox luego de que la prensa diera a conocer que el funcionario utilizaba su puesto para realizar presuntos actos en beneficio propio.
Postura de Julio Frenk
Al respecto, Julio Frenk Mora, secretario de Salud, reiteró que se investigará a Belsasso, y sostuvo que el Gobierno del presidente Fox no solapará actos de este tipo.
Ningún colaborador cercano a Belsasso ha querido comentar sobre su renuncia, y el área de Comunicación Social y Relaciones Públicas del Conadic remite todas las peticiones de entrevistas y declaraciones a la Secretaría de Salud.
Después de la renuncia del titular del Conadic que fuera aceptada por el presidente Fox, aún se desconoce quién será el nuevo responsable de este organismo.
Julio Frenk, quien fue entrevistado antes de iniciar la reunión con los secretarios de salud estatales que se realiza en Boca del Río, Veracruz, advirtió que no será tolerada ninguna conducta que no se apegue a los estándares más éticos y elevados del servicio público.
“Es un caso estrictamente excepcional, y de ninguna manera refleja en absoluto los altísimos estándares éticos que nos ha señalado el Presidente como nuestra forma de conducta”, aseveró.