México, D.F.- El Banco de México anticipó un panorama complicado para la actividad económica nacional. Para empezar, argumentó, el comportamiento de la actividad económica durante los primeros cuatro meses del año fue débil.
Y advirtió que aún no se han disipado de forma generalizada las presiones inflacionarias que podrían obstaculizar una convergencia más rápida a los objetivos de inflación.
Por ello, la Junta de Gobierno decidió no modificar la postura de la política monetaria, manteniendo el “corto” en 25 millones de pesos diarios.
Alertó que todavía resultan preocupantes la debilidad y la falta de claridad que rodean a la reactivación económica mundial y, en particular, de Estados Unidos.
Consideró que han surgido diversas preocupaciones que oscurecen el panorama internacional, en particular el riesgo de que se presente deflación en algunas de las economías desarrolladas.
Expuso que el proceso desinflacionario se ha visto afectado principalmente por distintas perturbaciones de oferta. “Entre ellas, destaca el comportamiento del componente no subyacente de la inflación general, especialmente el de los productos agropecuarios y el de los bienes y servicios administrados”.
A lo anterior habría que agregar las presiones que pudieran haberse acumulado con motivo de la depreciación del tipo de cambio.
Sin embargo, en las últimas semanas han comenzado a disiparse parcialmente las presiones inflacionarias ligadas a estos factores.