Reconocen especialistas que el Narcomenudeo ya infectó a todos los sectores comunitarios.
La corrupción en los cuerpos policiacos, la deficiente vigilancia en la supervisión en los centros reclusorios y la falta de apoyo por parte de las autoridades para combatir y atender el grave problema de la drogadicción, son los principales obstáculos que relataron especialistas en el proceso de prevención y rehabilitación de adictos.
El sector público y la sociedad están perdiendo la batalla en el combate contra las drogas, según se desprende de un estudio relativo al narcomenudeo. “Es más difícil conseguir un litro de leche que droga en la calle”, afirmó Candelaria Rodríguez, directora de los Centros de Integración Juvenil, quien con tal afirmación retrata el enorme avance de las drogas en el mercado citadino.
Con un tono similar al de Candelaria Rodríguez, la trabajadora social de la Dirección Municipal de Seguridad Pública, Juana María Tejada García, denuncia la falta de apoyo de las autoridades gubernamentales para atender el problema de la drogadicción.
La dependencia municipal carece de recursos económicos suficientes para apoyar a los adictos que son recluidos en los separados de la Dirección de Seguridad Pública.
Misión Korián es de los pocos centros que brinda atención especializada a personas con adicciones, pero sus beneficios son limitados, pues los costos económicos que implica el proceso de recuperación son altos. Juana María revela que la institución no acepta los pacientes que envía el Departamento de Trabajo Social de la corporación.
El director de Misión Korián, Alberto Shade Villarreal, coincide con el resto de los especialistas al reiterar que “es preocupante” el consumo de drogas, a grado tal que prácticamente la adicción afecta a todos los sectores sociales de la comunidad.
Shade formuló un llamado para atajar el avance de las drogas. Pero para ser eficientes en el combate, el funcionario formuló algunas propuestas: los cuerpos de seguridad deben asumir una posición honesta en la lucha contra el narcomenudeo; deben elaborarse programas de prevención de las adiciones a través de la creación de institutos dedicados a la educación de los padres de familia, y, por último, se deben modificar los planes de estudios de las dependencias educativas oficiales.