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NUEVA YORK, EU.- La Organización de Naciones Unidas pospuso ayer por dos años cualquier consideración para prohibir la clonación humana y derrotó la campaña encabezada por Estados Unidos para cesar la clonación e investigación alusiva en el mundo.
Con 80 votos a favor, 79 en contra y 15 abstenciones, el comité de Asuntos Jurídicos de la Asamblea General aprobó la propuesta de Irán para prorrogar cualquier decisión sobre la clonación, un tema con implicaciones religiosas, éticas, culturales y de derechos humanos.
En una sesión que reflejó la marcada división que el tema genera alrededor del mundo, este fue el segundo año consecutivo que la Organización de Naciones Unidas (ONU) se pronunció por diferir cualquier decisión sobre la clonación humana.
Estados Unidos y Costa Rica querían que la Asamblea General autorizara que un grupo de trabajo presentara un tratado en la materia, cuyo objetivo final sería prohibir la clonación a nivel internacional y la investigación experimental con embriones.
A nombre de las 57 naciones de la Organización para la Conferencia Islámica, Irán propuso una moción para que no se tomara una decisión sobre el tema y obtuvo el apoyo de la mayoría de los miembros en la sala.
La decisión a favor de la propuesta iraní derrotó también una iniciativa intermedia presentada por Bélgica, que pugnaba por prohibir la clonación de bebés, pero dejar a cada Estado la decisión sobre clonación humana con fines de investigación científica. El delgado iraní Mostafa Dolatyar señaló en la sesión, poco antes del voto, que la intención de su país y la Conferencia Islámica no era tomar partido sino presentar una moción que reflejara de manera clara que no hay consenso internacional en la materia.
El asunto ha estado en la agenda de la Asamblea General desde hace dos años, cuando Francia y Alemania presentaron una propuesta para redactar una convención que prohibiera la clonación humana, dejando abierto el tema de la investigación. La iniciativa contaba entonces con el apoyo casi unánime de la comunidad internacional, hasta que el gobierno del presidente estadunidense George W. Bush alteró el balance.
Bush cedió a presiones de la extrema derecha de su país y grupos anti-aborto, que le reclamaron incluir también en la posición nacional, la prohibición de la clonación “terapéutica” con fines médicos y científicos.
Esta postura rompió el consenso y el resultado es el estancamiento del tema.