LONDRES, INGLATERRA.- David Beckham intercambió la camiseta con Zinedine Zidane, levantó las manos para aplaudir al público y caminó con lentitud hacia el vestuario de Old Trafford después de lo que podría ser su último partido con el Manchester United en Liga de Campeones.
El capitán de la selección inglesa tuvo que esperar hasta el minuto 64 del partido para poder intervenir en el partido, y marcó después dos goles que ayudaron a asegurar la victoria por 4-3 para su equipo, un marcador que no fue suficiente para llevar a su equipo a semifinales.
Sin embargo, mientras el Manchester United lame sus heridas tras otra decepcionante campaña en la principal competición europea, el futuro de Beckham, objeto de recientes rumores, parece cada vez más claro.
Al dejarle en el banquillo en el partido de la pasada semana contra el Arsenal, era imposible no dar importancia al significado de la decisión de Alex Ferguson de negar a Beckham de nuevo la oportunidad de comenzar un partido contra el Real Madrid, equipo al que muchos piensan acabará en el futuro.
El entrenador aseguró que la omisión del centrocampista se debió únicamente al excelente momento de forma de Ole Gunnar Solskjaer, una explicación que fue probablemente una cortina de humo.
Pocos argumentarían que el consistente Solskjaer no se merecía un lugar en la alineación inicial, pero la inclusión de Juan Sebastián Verón en lugar del suspendido Paul Scholes era un gran riesgo, dado que el argentino volvía al equipo tras siete semanas sin jugar por una lesión de rodilla.
Relación problemática
La decisión de dejar fuera a Beckham fue el último episodio de una turbulenta relación entre el futbolista más famoso de Inglaterra y el hombre que ha estado a cargo del mayor club del país durante casi diecisiete años.
Beckham se ha quedado otras veces sin jugar, la más recordada es la ocasión en 2000 tras haberse perdido un entrenamiento para llevar a su hijo al médico.
En febrero, una bota de fútbol golpeada con el pie por un enfadado Fergusson tras perder en la Copa de Inglaterra ante el Arsenal fue a dar en la cara del astro inglés.
Se dice que la esposa de Beckham, la estrella del pop Victoria Adams, estaba furiosa, mientras que Ferguson restó importancia al incidente diciendo que esas cosas pasan en el vestuario.
Aunque Beckham puede haber no hecho caso a ese incidente, se habrá sentido herido por ser dejado al margen del crucial enfrentamiento con el Arsenal de la semana pasada en la Liga Premier y el desaire frente al Real Madrid parece que podría constituir la gota que colme el vaso.
Tras contribuir a que el Manchester United ganara cinco títulos de la liga inglesa, dos Copas inglesas y la Liga de Campeones en 1999, Beckham ha hecho sido importante para el éxito del club y su empeño nunca ha sido cuestionado pese al elevado interés mediático en su estilo de vida.
El jugador de 27 años, que apenas se ha perdido un partido por lesión, ha jugado unos 400 encuentros con el Manchester United, marcando más de 80 goles, muchos de ellos de su característico tiro libre.
Beckham puede jugar un importante papel en los tres partidos que restan de la Liga Premier, en los que su equipo intentará ganarle el título de liga al Arsenal, pero ahora parece que su marcha de Old Trafford es inminente.