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Gabinete debilitado/Plaza Pública

Miguel Angel Granados Chapa

Cuando vuelva el presidente Fox de su gira europea, encontrará maltrechos a varios miembros de su gabinete, víctimas de sus propios errores, aunque firmes en sus puestos porque su jefe no los reemplazará no obstante sus dislates, porque ya infringió una vez su regla de contratar para seis años y no reincidirá.

Los secretarios de Gobernación, Agricultura y Economía se quedaron con la palabra en la boca al pretender un diálogo con dirigentes de agrupaciones campesinas con quienes ya lo sostenían, pero modificando de modo unilateral los términos de la interlocución. Su convocatoria a discutir temas del campo sin ánimo de traducir los resultados del debate en una nueva política, y de llamar a reuniones más con ganas de cubrir un trámite que con verdadera conciencia de los apremios rurales, fue rápidamente rechazada por las agrupaciones que se habían avenido a conversar con ellos. Quedaron desautorizados como contraparte, y los líderes esperarán el retorno del Presidente para hablar de nuevo con él. No adelantarán muchos mudando de interlocutor, pues si nunca ha sido cierto -lo era sólo para los aduladores profesionales- que el Presidente siempre acierta y son sus colaboradores quienes se equivocan, menos lo es en este caso. Como empresario agrícola que fue, Fox tiene ideas sobre el desarrollo rural que lo llevaron a practicar el veto presidencial -medida extrema en la relación entre poderes- sobre la ley respectiva. Es probable que ni siquiera puedan hablar de nuevo con él los dirigentes desdeñados por los secretarios a su vez desautorizados. Fueron Usabiaga y Derbez quienes facilitaron el encuentro del seis de enero con el Ejecutivo, que ya ha dicho a las agrupaciones campesinas cuanto quiere decirles.

El hecho es que, en vísperas de importantes movilizaciones campesinas, quedó cerrado el camino para la búsqueda de soluciones a varios de los arduos problemas que afectan la vida rural, uno de los cuales pero no el único, es el Tratado de Libre Comercio.

Haber obturado una vía que pudo conducir a resultados, se llama fracaso. Y es un fracaso riesgoso, porque deja sin atender desasosiegos e inconformidades que pueden salir de los cauces institucionales en que, mal que bien, se iban a encarrilar los temas que no se abordarán en la frustrada Convención Nacional Agropecuaria.

El secretario de Comunicaciones y Transportes entregará también malas cuentas a su jefe. Si, como lo muestran numerosos indicios, sus instrucciones eran prolongar lo más posible el silencio del canal 40, deberá informar que fracasó en su tarea. Desde el lunes por la noche esa emisora ha recuperado el habla. Y si bien su fragilidad se agravó por la sacudida financiera que causa un mes fuera del aire, es una falla del secretario no haber conseguido, ni siquiera con las argucias legaloides que la justicia federal puso al descubierto, el propósito de prolongar la virtual expropiación de los bienes de Televisora del Valle de México. Todavía intentará mantener en vilo a la emisora: la SCT anunció que continuará el procedimiento previsto en el artículo 104-bis de la ley de radiodifusión, con base en el cual se aseguraron sus bienes. En rigor jurídico, la continuación de tal procedimiento sólo debe referirse a TV Azteca, que al usurpar la señal del 40 y emitir sin ser titular de la concesión, infringió la ley y se hizo acreedora a sanciones, que están todavía pendientes de aplicar. CNI nada debería temer en ese punto, pues el aseguramiento ha concluido. Lo suspendió provisionalmente una decisión judicial que de seguro será confirmada este viernes por la propia jueza que la emitió. CNI no tiene que pagar por ello, como erróneamente se ha dicho, cincuenta millones de pesos, sino depositar una fianza por ese importe, cuya prima cuesta una suma considerablemente menor.

El juez penal al que Comunicaciones y Transportes quiso usar para diferir la devolución de los bienes ilegalmente ocupados a canal 40, asestó una bofetada a su titular cuando sin tapujos le dijo que sin más debió entregar a más tardar el sábado pasado las instalaciones a su legítimo titular, en cumplimiento de la suspensión provisional. Y le recordó que no sólo nada tiene que ver con el asunto, por lo que devolvió el expediente, sino que el 16 de enero había aclarado que los bienes objeto del despojo -que es el delito cuya causa conoce- no fueron puestos a su disposición.

En la eventualidad de que no haya recibido instrucciones con aquel sentido, es decir que no hubiera un sesgo explícito y organizado del Gobierno en favor de TV Azteca, también queda debilitado Cerisola, pues su combinación de negligencia e incapacidad para conocer y cumplir las leyes es causa de escándalo.

Finalmente, el presidente Fox hallará a su secretario de Salud en posición endeble. La Organización Mundial de la Salud no lo eligió como su director, tal cual era su activa aspiración. Su candidatura fue explícita, como no podía ser de otro modo, y en favorecerla el secretario Julio Frenk empleó energía, tiempo y recursos gubernamentales, no de modo de irregular porque se trataba de una postulación formal del Gobierno. Pero ahora que, contra su deseo, tendrá que permanecer al frente de la secretaría, se hará más notoria la insuficiencia de la política de salud, a cuya mejoría y afinamiento debió destinar el secretario los recursos, el tiempo y la energía que aplicó a su propósito. En paradoja, su desempeño al frente de la OMS hubiera sido mejor que el que ha rendido aquí.

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