El gobierno estatal rechaza la medida que pretende aplicar el gobierno de Texas para mantener en cuarentena a todo el ganado mexicano de exportación, dijo el subsecretario de Agricultura y Ganadería, José Hugo Martínez Guerrero.
La repercusión de esta medida es económica porque los productores sufrirían un castigo en precio de su ganado para absorber los costos de crear la infraestructura necesaria para ubicar a los animales como corrales o praderas y el pago del mantenimiento.
“El gobierno de Texas pretende probar todo el ganado mexicano, no sólo el duranguense, y enviarlo a corrales o pasturas cuarentenadas, entre 120 y 180 días, para que no se revuelva con el ganado originario de Estados Unidos”, dijo.
El funcionario estatal apuntó que el 29 de julio la Comisión de Salud Animal del Estado de Texas tomó esta medida, que no ha entrado en vigor porque falta que sea consensuada con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Martínez Guerrero consideró que la repercusión para México y Durango sería fuerte, porque el 70 por ciento del ganado mexicano que se exporta a Estados Unidos tiene como destino Texas. En el caso de Durango, el 90 por ciento de los becerros que se exportan van a ese estado.
El Subsecretario de Agricultura y Ganadería explicó que esta medida, en su esencia, representa crear la infraestructura para ubicar el ganado en corrales o praderas, y el costo sería absorbido por los ganaderos mexicanos, que en realidad recibirían menos dólares por cada becerro que comercialice.
El becerro mexicano y en especial el de Durango tiene una buena demanda entre los engordadores de Estados Unidos, porque tiene clase, se adapta y aguanta más condiciones extremas, pero el impacto no estaría en su demanda sino en su precio, porque se pagaría menos por él, para costear los gastos de la infraestructura cuarentenaria.
Por ejemplo, dijo, el precio del becerro en pie es de 1.12 centavos dólares la libra, puesto en frontera; si ese becerro se dirige a los corrales o praderas cuarentenadas, habría un costo adicional, por lo que el ganadero mexicano recibiría menos dinero por sus animales, en este caso un dólar o menos de un dólar la libra, porque la diferencia serviría para pagar el traslado, el mantenimiento y el costo de la infraestructura que no existe en Texas.
De antemano, afirmó que hay un rechazo a esta medida por los mismos compradores norteamericanos, porque los principales afectados son ellos; tienen años de comercializar con México. La traba no sólo es para el becerro mexicano, sino para el negocio de ellos.
En octubre, la Comisión Binacional Estados Unidos-México se reunirá en San Diego, California, y uno de los puntos importantes que pretende abordar el gobierno mexicano es escuchar la postura del gobierno federal norteamericano con relación a la propuesta del gobierno de Texas de mantener en cuarentena al ganado mexicano de exportación antes de que lleguen a su destino.
“Necesitamos que Estados Unidos hable con claridad sobre este punto para poder tener una expectativa de lo que se va a hacer”, expresó José Hugo Martínez Guerrero, Subsecretario de Agricultura y Ganadería.
Dijo que este tipo de medidas evidencian un trato desigual entre los socios del Tratado de Libre Comercio, y que las decisiones se tomen en forma unilateral.