EDITORIAL Columnas Editorial Caricatura editorial

Ganadores y perdedores del 2003

Jorge Zepeda Patterson

Hace exactamente un año hice un balance de lo que había sido el 2002 y llegué a la conclusión de que los aciertos y los éxitos eran tan escasos que se trataba de un año del cual mejor había que olvidarse. Por desgracia el 2003 no parece

haber caminado mejor. Al paso que vamos si seguimos recurriendo al olvido para dejar atrás los malos años, es probable que terminemos todos con un Alzhaimer galopante.

Así es que en esta ocasión les ahorraré a los lectores un recuento de nuestras miserias y me concentraré en las miserias ajenas. ¿Cómo les fue a los personajes de la vida política en este año? ¿Quiénes subieron y quiénes bajaron en la montaña rusa de la opinión pública? Comencemos por los exitosos. Desde luego, nadie tiene más motivos para festejar (aunque seguramente lo hará con agua de jamaica) que Andrés Manuel López Obrador. En el 2003 el Jefe de Gobierno del D.F. se convirtió, en sus propias palabras, en “El Invencible”. No le había ido mal los dos primeros años, pero este último fue insuperable. Estrenó segundo piso, su rehabilitación del Centro Histórico va en camino de hacerse ejemplar y su alianza con Carlos Slim ha hecho que los círculos empresariales comiencen a verlo con respeto. Más aún, el verdadero “ganón” en la batalla campal que ha sido la discusión de la Reforma Fiscal es López Obrador. Mientras Madrazo, Elba Esther, Santiago Creel y Fox se desangran entre mutuas dentelladas, “El Peje” simplemente observa los platos rotos y se pregunta a cuánto ascenderá la factura que tendrán que pagar sus contrincantes.

Otra estrella ascendente es Felipe Calderón. Hace unos meses la vida no sonreía al joven michoacano. Fungía como director de Banobras, un puesto de segundo nivel del Gabinete, alejado del protagonismo que tuvo al arranque del sexenio como coordinador de la poderosa fracción panista en el Congreso. Pero hace pocos meses fue designado responsable de la Secretaría de Energía y en poco tiempo convirtió a su oficina en un foro de alianzas y negociaciones entre actores políticos y en un centro de relaciones públicas con la iniciativa privada. Hoy por hoy, el michoacano es el más serio contrincante que tienen Santiago Creel y Marta Sahagún por la candidatura a la presidencia de parte del PAN (y desde luego, el único candidato propiamente panista).

Ciertamente hay muchos otros ganadores en este período. Emilio Chuayffet y María Esther Sherman gozan de una súbita e inesperada celebridad, luego de años de olvido, gracias al papel protagónico en el golpe en contra de la maestra Elba Esther Gordillo. Alfonso Durazo, el secretario particular del Presidente, cada vez goza de mayor ascendencia y poder dentro de Los Pinos. Todos ellos citarán el 2003 en su biografía.

Pero muchos otros tratarán de olvidarlo. Para Fox será el año en el que perdió la paciencia. Y probablemente algo más: la última oportunidad de rescatar su sexenio (sin una Reforma Fiscal que le proporcione recursos adicionales su Gobierno será incapaz de hacer algo más que administrar la parálisis).

Tampoco resultó un buen período para Santiago Creel, secretario de Gobernación. El problema de fondo del Gobierno de Fox es su incapacidad para sacar adelante los grandes acuerdos nacionales con todos los actores políticos, para poner en marcha al país. Hay un descontento creciente entre la iniciativa privada por la aparente impunidad con la que grupos de manifestantes cancelan proyectos (el nuevo aeropuerto, por ejemplo) o paralizan autopistas. Otros agradecen la ausencia de mano dura, pero se quejan de la parálisis política. Algo tendrá que hacer el Secretario si quiere mantener vivas sus aspiraciones presidenciales en el 2006.

Fernando Canales, secretario de Economía, tampoco recordará con cariño el 2003. Sus deslices verbales y una pobre relación con la prensa cancelaron el proyecto de reivindicación que suponía su entrada al gabinete, luego de una polémica trayectoria como gobernador de Nuevo León.

Desde luego, el gran perdedor este año es el grupo de Elba Esther Gordillo. Todo pintaba color de rosa para la Maestra. En su carácter de Secretaria General del PRI y Coordinadora de 222 escaños en la poderosa Cámara de Diputados, Gordillo se convirtió repentinamente en el personaje decisivo de todos los proyectos. El enorme poder que detenta la dirigente del sindicato de maestros no está perdido del todo. La fracción “Reformista” que encabeza dentro del PRI podría ser clave en la reconstrucción de ese u otro partido. Pero, por lo pronto, le esperan unas reflexivas vacaciones navideñas de lo que pudo haber sido y no fue.

Por último, la trayectoria de Roberto Madrazo resulta difícil de clasificar. Termina el año como mandamás único del PRI, pero en condiciones por demás controvertidas: a través de Chuayffet toma el control de la fracción priista de la Cámara, pero encabeza un partido más dividido que nunca. Su liderazgo es cuestionado por buena parte de los gobernadores del PRI y por los organismos empresariales del país. En resumen, no sé si el 2003 fue bueno o malo para Madrazo; lo que sí sé es que la concentración de poder que ha adquirido hacen de éste un mal año para el país.

(jzepeda52@aol.com)

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 66035

elsiglo.mx