30 mayo 2003
WASHINGTON, (Reuters) - El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, partió el viernes hacia Europa y el Oriente Medio, donde espera reafirmar los lazos trasatlánticos tras el debate por la guerra contra Iraq e impulsar una iniciativa de paz entre israelíes y Palestinos.
Bush comenzará su gira de una semana en Polonia, país que apoyó firmemente la invasión encabezada por Estados Unidos que derrocó al presidente iraquí Saddam Hussein. Varsovia ha ofrecido tropas para estabilizar y reconstruir Iraq.
Bush asistirá luego a las celebraciones del 300 aniversario de la ciudad rusa de San Petersburgo, participará en la cumbre del Grupo de los Ocho en el centro turístico francés de Evian, se reunirá con líderes árabes en Sharm el Sheikh, Egipto, y con los de Israel y los palestinos en Aqaba, Jordania, para finalmente visitar a las tropas estadounidenses en Doha, Qatar.
En el G-8, del domingo al martes, Bush se encontrará con sus principales adversarios en el debate sobre Iraq: el presidente francés, Jacques Chirac; el canciller alemán, Gerhard Schroeder, y el presidente ruso, Vladimir Putin.
El mandatario estadounidense se reunirá en privado con Chirac y Putin, pero no con Schroeder.
En una entrevista con periodistas extranjeros, Bush dijo que sabía que los reporteros quisieran etiquetar la cumbre como una "reunión de confrontación", pero insistió en que ése no será el caso.
"Absolutamente no", dijo Bush. "Es una oportunidad para hablar con algunos que estuvieron de acuerdo con nosotros sobre Iraq y con algunos que no lo estuvieron, sobre cómo seguimos adelante", señaló.
El portavoz de la Casa Blanca Ari Fleischer dijo que la cumbre del G-8, de la que Bush se retirará poco antes del final para ir a Egipto en su primer viaje al Oriente Medio en busca de la paz, tenía el propósito de lograr progresos en vez de mirar hacia atrás con recelo. "Creo que el tiempo ha avanzado más allá de las recriminaciones o desacuerdos sobre temas previos", declaró.
Pero Bush dejó establecido que seguía enojado con Chirac por haber encabezado la oposición a una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que habría autorizado la fuerza militar contra Irak y dado al presidente estadounidense una mayor cobertura legal.
"Hay una sensación de frustración y disgusto en el pueblo estadounidense hacia la decisión francesa. Esto es realista. La gente no entendió la decisión del liderazgo francés de frustrar el deseo estadounidense y el deseo de otros de trabajar por la seguridad y la libertad", sostuvo Bush.