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Globalifobia, mezcla de ideal y subversión

El Diario de Yucatán-AEE

MÉRIDA, YUCATÁN.- Globalifóbicos. Se llaman a sí mismos integrantes del movimiento antiglobalizador y tienen como campo de acción cualquier lugar del mundo donde se organicen reuniones del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio, el G-8 o la Unión Europea.

Son quienes ya anunciaron su aparición —segunda en dos años— en la escena de la Cumbre de la OMC, que se efectuará en Cancún del diez al 14 de este mes.

A fines de febrero de 2001, los globalifóbicos hicieron su primera incursión en Cancún, durante el Foro Económico Mundial. En aquel entonces tuvieron un enfrentamiento con la policía, con saldo de varios heridos y detenidos. Esta vez, para la cumbre que empieza la próxima semana, se espera la participación de más de 20,000 activistas.

Desde Seattle hasta Evian, pasando por los fatales sucesos de Génova y por las masivas movilizaciones contra la guerra de Iraq, el movimiento antiglobalización ha conseguido en apenas cuatro años elevar sus mensajes y sus acciones hasta las primeras páginas de los medios de comunicación de todo el mundo. Y esto no ha hecho más que empezar.

Aunque pueda parecer lo contrario, las manifestaciones contra la mundialización de la economía no son ni mucho menos nuevas. Ya en 1984, grupos ecologistas y pro derechos humanos organizaron la “Cumbre del Pueblo”, como foro alternativo a las reuniones del G-7. Sin embargo, no fue sino a fines de noviembre de 1999 en Seattle, Estados Unidos, cuando nació el auténtico movimiento antiglobalización.

En aquel entonces miles de manifestantes de sindicatos, organizaciones ecologistas y de derechos humanos protestaron contra la reunión de la OMC, obligando a las autoridades a declarar el estado de emergencia.

Desde entonces, en Londres, Ginebra, Praga, Niza, Gotemburgo o Génova ya conocen la capacidad subversiva de los sectores más radicales de los grupos antiglobalización, antisistema o globalifóbicos, término éste que surgió en enero de 2000 —se le atribuye al ex presidente mexicano Ernesto Zedillo— durante la conferencia del Foro Económico Mundial, efectuada en Davos, Suiza.

Las reuniones del FMI, el Banco Mundial, la OMC, el G-8 o la Unión Europea se han topado, cada vez con más virulencia, con la oposición de unos grupos que han multiplicado el número de militantes hasta convertirse en el primer germen revolucionario del siglo XXI.

Pero detrás de este reguero de destrucción se parapeta un amplio y heterogéneo abanico de organizaciones, que van desde ONG cristianas hasta anarquistas, pasando por feministas o grupos en defensa de los derechos humanos y que, perfectamente coordinados a través de Internet, defienden postulados que empiezan a ser aceptados incluso por quienes hasta hace muy poco eran sus principales enemigos.

El rechazo al neoliberalismo, la lucha contra el sistema capitalista, el odio a las multinacionales, la instauración de la denominada “tasa Tobin”, la exigencia de la condonación de la deuda externa de los países pobres y la defensa del medio ambiente son algunos de los mandamientos de un ideario tan amplio que igual caben agricultores franceses que grupos de caridad de Inglaterra y campesinos de México.

Los grupos europeos, entre los antiglobalizadores más activos

Anarquistas y católicos

Algunos de los grupos antiglobalizadores son: Acción Global de los Pueblos.— Creada en Ginebra en 1998 para coordinar la resistencia contra la OMC.

Black Block (Bloque Negro).— Movimiento anarquista. Se caracteriza por el uso de vestimentas oscuras, ya que el negro es el color tradicional del anarquismo, a diferencia del pacífico movimiento Tute Bianche, que se viste con ropas albas. Black Block debutó en noviembre de 1999 en Seattle. El Bloque Negro se originó en Inglaterra.

Cafod. — Movimiento muy antiguo que impulsa la caridad desde la Iglesia Católica británica. Se preocupa por la pobreza del Tercer Mundo y es uno de los organismos precursores de la movilización antiglobalizadora.

Drop the Debt (goteo de la deuda).— Organización inglesa creada en diciembre de 2000 con motivo de la Cumbre del G-8 de Génova, pero ya en mayo de 1998 hizo una manifestación en Birmingham. Su aspiración es la condonación de la deuda a los países más pobres y cuenta con el apoyo del cantante Bono, de la banda U2.

¡Ya Basta! .— Organización pacífica dirigida por el Padre Vitaliano, quien junto con 300 militantes italianos se encargó de la “protección” del puente del río Moldava, con motivo de la reunión del Banco Mundial en Praga. ¡Ya Basta! se integra con el movimiento de Tute Bianche (Monos Blancos).

Christian Aid (Ayuda Cristiana).— Organización inglesa caritativa que lucha por la derogación de la deuda externa de los países pobres. Su origen está en la iglesia católica irlandesa y británica en 1945.

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Contragolpe

Más de 5,500 agentes ya se encuentran listos para vigilar la Cumbre de la OMC en Cancún: 1,100 integrantes del Estado Mayor Presidencial.

120 agentes del Sistema Estatal de Seguridad Pública.

1,500 policías del municipio de Benito Juárez.

2,500 agentes de la Policía Federal Preventiva.

Las corporaciones cuentan con equipos antidisturbios y vehículos Hummer para transporte de tropa.

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Los líderes del movimiento

Entre los líderes más representativos del movimiento antiglobalizador están: José Bové .— Sindicalista agropecuario francés, quien en 1999, al término de una protesta, asaltó un McDonald’s de Millau (Francia) por los impuestos de Estados Unidos a productos europeos. Ocupó en Larzac (Francia) una granja abandonada junto a un centenar de agricultores, evitando que el ejército la utilizara como campo de tiro. Actualmente está bajo juicio por destruir un sembradío de cultivos modificados genéticamente.

Susane George .— Filósofa de origen estadounidense, fundó el Transnational Institute en Estados Unidos, Holanda y Francia. Se nacionalizó francesa y es presidenta del Observatorio de la Mundialización, con sede en París. Fue precursora de la lucha contra el Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI) y trabaja en una campaña para democratizar la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Luca Casarini .— Portavoz del movimiento Monos Blancos. Se formó con base en los Centros Sociales, herederos del autonomismo italiano de los años 70.

Vittorio Agnoleto .— Médico y presidente de la Liga Italiana Antisida, es portavoz del Foro Social de Génova.

Samín Amín .— Economista egipcio y especialista del comercio desigual entre los países desarrollados y subdesarrollados.

Walden Bello .— Director del instituto Focus on the Global South en Filipinas, por la democratización de la economía global.

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