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MÉXICO, DF.- Las empresas del sector energético se han visto obligadas a modificar la forma como gastan los recursos públicos, por la carga excesiva que representa su deuda, tanto la tradicional como la contingente derivada de los proyectos Pidiregas.
Hoy, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Luz y Fuerza del Centro (LyFC) y Petróleos Mexicanos (Pemex) gastan más en pagar los costos financieros de sus respectivos endeudamientos, que en su nómina o en compromisos de obra e inversión pública.
De acuerdo con los estados financieros de las paraestatales, en lo que va de la presente administración los ajustes en el gasto corriente han sido graduales, y revelan enormes compromisos de deuda que se “comen” el dinero que empleaban en otros rubros.
Tan es así, que de 1997 (año en el que el Gobierno Federal empezó a utilizar el esquema financiero Pidiregas) a la fecha, Pemex y CFE han desembolsado aproximadamente 83 mil 459 millones de pesos por concepto de intereses y pago de amortización, de una deuda comprometida para los próximos 30 años, que supera el billón 120 mil millones de pesos.
Así, por ejemplo, los compromisos de la CFE, incluida deuda documentada y Pidiregas, obligan al Gobierno Federal a otorgarle más presupuesto que a Pemex, cuando la primera produce ingresos anuales del orden de 120 mil millones de pesos y la petrolera genera 600 mil millones de pesos.
Lo que gastan hoy estas tres empresas paraestatales en amortizaciones e intereses de sus deudas es equivalente a lo que destinan al pago de salarios de casi 228 mil trabajadores, entre empleados de confianza y sindicalizados; es casi tres veces el pago que realizan a pensionados y jubilados y dos veces el monto de inversión física -descontando el pago relativo a Pidiregas, porque a partir del 2002 una parte de esa inversión se usa para amortizar este tipo de débito.