Roma,(EFE).- Más de 600 obras de un centenar de artistas integran la gran exposición que se inaugura el próximo viernes en Roma para mostrar la proyección en el arte del Siglo XIX de los ideales de universalidad y eternidad ligados a la capital italiana.
"Majestad de Roma. De Napoleón a la Unidad de Italia" se exhibirá de forma paralela en tres destacados espacios de la ciudad: las Caballerías Papales del Quirinal, la Galería de Arte Moderno y la célebre Villa Medici, sede de la Academia de Francia.
La institución francesa llega este año a su bicentenario y a tal conmemoración se debe en parte la génesis de la muestra sobre la influencia de Roma en lo que diversos estudiosos del arte han calificado como "anodinos" tres primeros tercios del Siglo XIX.
En esos años, marcados por la huella del imperio napoleónico y la efervescencia regeneracionista que precedió a la unidad de Italia (1861), se inscribe una exposición con la que sus promotores pretenden superar los tópicos de un periodo artístico ensombrecido y menospreciado a la luz de los precedentes Renacimiento y Barroco.
Frente a tantos "lugares comunes", el alcalde de Roma, Walter Veltroni, dijo hoy que "la ciudad que emerge de esta cita es un lugar ecléctico y cosmopolita, poblado de jóvenes artistas, coleccionistas, viajeros y personas de cultura de todo el mundo".
A ilustrar esa universalidad y eternidad a las que remiten las palabras de Veltroni está dedico el recorrido expositivo instalado en las Caballerizas Papales del Quirinal.
Aquí se pueden contemplar el "Sueño de Ossian" del francés Jean-Auguste-Dominique Ingres (1780-1867), la sugestiva vista de "Roma desde el Vaticano", del ingles Joseph W. Turner (1775-1851), o las "Venus Italicas" del italiano Antonio Canova (1757-1822) y el danés Bertel Thovaldsen (1770-1844, por primera vez frente a frente.
Uno de los cuadros de gran formato que cuelga en las Caballerizas del Quirinal es "La muerte de Viriato", del español José de Madrazo (1781-1859), proveniente del madrileño museo del Prado, una de las 32 pinacotecas de 21 países que han prestado obras a esta muestra.
En la Galería de Arte Moderno se desarrolla, con un periplo básicamente temático, la idea de Roma como "maestra" de las artes y destino "exclusivo" para confrontarse con las técnicas y los cánones de la tradición clásica.
"El último día de Pompeya", un cuadro de 6,5 por 4,5 metros del ruso Karl Paulovic Brjullov (1799-1852), "La Sibila Tiburtina" del austríaco Edward Jacob von Steinle (1810-1886) y las esculturas en mármol "Ceres" y "Minerva" del español Antonio Sola (1787-1861) son tres ejemplos de una ciudad convertida en meta de artistas.
En la bella Villa Medici se celebra por todo lo alto los 200 años de existencia de la Academia francesa con una nutrida presencia de los artistas galos llegados en el Siglo XIX a Roma, donde muchos de ellos acabaron situando el punto de partida de su carrera artística.
Se pueden admirar en esta postrera parada obras de David d'Angers ("La muerte de Epaminondas), de Ingres ("Edipo", "Mercurio", Júpiter y Tetis"), de Theodore Gericault ("La carrera de caballos libres") o de Jules-Eli Delaunay ("La peste en Roma").
La última sala de la Academia francesa anuncia la eclosión de fin de Siglo que desembocará en el impresionismo y las vanguardias con Pierre Puvis de Chavanne ("Jóvenes muchachas al borde del mar") y Edgar Degas ("Paisaje italiano" o "Seminaris bautizando Babilonia").
La triple exposición sobre "La Majestad de Roma"se prolongará hasta el 29 de junio con una demanda de los comisarios para que los visitantes dejen a un lado los prejuicios, abran los ojos y admitan la evidencia: el sublime papel de Roma como centro artístico universal y como madre de las artes, también en el siglo XIX.