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Gravar la renta/Jaque Mate

Sergio Aguayo Quezada

“Seré rico en la medida en que mis ingresos sean superiores a mis gastos y mis gastos iguales a mis deseos”. Edward Gibbon

A primera vista parece bastante sensata la propuesta que el PRI dio a conocer ayer para reformar la Ley del Impuesto sobre la Renta. De hecho no es muy lejana a la que ha sugerido el presidente Vicente Fox, por lo que puede esperarse un acuerdo relativamente expedito entre el PAN y el PRI para aprobarla. Esto es importante porque el ISR es más importante que el IVA para lograr la competitividad de nuestro país a nivel internacional.

Al igual que en las ideas adelantadas por el presidente Fox en Arizona la semana pasada, la nueva ley dejaría exentos de impuesto los ingresos de las personas hasta cinco salarios mínimos. Esto significa que los trabajadores que ganen hasta 76 mil pesos al año —o 5,846 pesos mensuales con un aguinaldo de un mes— quedarían libres del ISR. Más del 70 por ciento de los trabajadores del país estarían exentos. Hay que suponer que se eliminarían los tratos especiales y exenciones que benefician ahora sólo a algunos grupos de trabajadores.

Por arriba de aquel ingreso y hasta 5 millones de pesos al año (385,615 pesos al mes a 13 pagos), se aplicaría una tasa de 25 por ciento. Habría además una tasa de 30 por ciento para quienes perciban más de 5 millones de pesos anuales.

Las empresas pagarían la misma tasa de 30 por ciento que las personas físicas de mayores ingresos. Esto implicaría una disminución significativa sobre el 34 por ciento que hoy se cobra a las empresas, si bien la reducción se haría de manera gradual para llegar al nivel de 30 por ciento en el 2006. También para las personas morales se eliminarían los actuales tratos preferenciales.

Esta iniciativa, impulsada por el ex subsecretario de Ingresos Tomás Ruiz, el ex subsecretario de Hacienda Francisco Suárez Dávila y Juan Carlos Pérez Góngora, recaudaría aritméticamente 7,000 millones de pesos menos que la actual Ley del Impuesto sobre la Renta. La experiencia nos dice, sin embargo, que con la disminución de tasas y la simplificación mejora siempre la recaudación.

Lo interesante de esta propuesta es que demuestra que los priistas están conscientes de que la reforma del Impuesto Sobre la Renta debe ser, más que recaudatoria, promotora de inversión y de actividad económica. La nueva propuesta sería mucho más sencilla que la actual, ya que las más de 50 tasas actuales se reducirían a apenas tres (exención, 25 y 30 por ciento). Hay dudas, por supuesto, en torno a la propuesta, pero por lo menos son dudas concretas sobre si la reforma será suficiente para conseguir el objetivo de reactivar la economía y generar un mayor número de empleos. Cabe preguntarse, por ejemplo, si la reducción del 34 al 30 por ciento en la tasa empresarial, sobre todo si es gradual, generará la nueva inversión que el país necesita. No podemos olvidar que el 30 por ciento sigue siendo alto en comparación con el promedio de 15 a 24 por ciento que se cobra en China a las empresas exportadoras (las cuales además están exentas los primeros cinco años y a veces más), con el 13 por ciento de Rusia o con el 12.5 por ciento de Irlanda. Es muy importante saber también cuáles serían las excepciones, exenciones y deducciones, porque de ello dependería en buena medida la recaudación final. Hay buenas razones para pensar que hubo ya una negociación entre el PRI y el PAN para aprobar la reforma del ISR. Al parecer este acuerdo no se logró en el IVA y por eso el Presidente decidió presentar desde el jueves pasado la propuesta de IVA que consideraba adecuada. Sabía que sería modificada por el PRI en el Congreso, pero así le dejaba la responsabilidad política a los priistas. En el caso del Impuesto Sobre la Renta, sin embargo, había ya un acuerdo inminente. El gobierno decidió por ello no incluir la ley en el paquete que sometió al Congreso el jueves pasado. La idea era permitir que el PRI la presentara y la hiciera políticamente suya.

Si esto es así se aprobará la nueva Ley del Impuesto Sobre la Renta con el voto de cuando menos el PRI y del PAN. Y eso no deja de ser un logro porque, después de todo, la ley del IVA puede ser la más controvertida, pero la que resulta realmente importante para lograr la competitividad de nuestro país en un mundo globalizado es la que grava el ingreso de las empresas.

IVA

Al parecer el PRI y el PAN en el Congreso se acercan ya a un acuerdo sobre la Ley de IVA. La tasa general sería de 10 por ciento mientras que los alimentos y medicinas se gravarían con el 5 por ciento. Se mantendría el impuesto al consumo final del 2 por ciento. Mi impresión es que este esquema ni recaudará más ni resolverá el actual problema de complejidad del IVA.

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