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MÉXICO, DF.- En el segundo día de posadas, Guadalupe Loaeza asistió a la Casa de Francia para ser condecorada.
Acompañada en su discurso por franceses de diversos tiempos, imaginarios unos, reales los otros, Loaeza recibió la condecoración en el grado de Caballero de la Legión de Honor que otorga el gobierno de Francia, de manos del embajador Philippe Faure.
La escritora, que tiene la doble nacionalidad, mexicana y francesa, comenzó diciendo que estaba dividida en dos partes, en referencia a su amor por ambos países.
Al evocar las historias que de niña oía a su padre, más los años vividos en Francia, la escritora convocó a su alrededor a sus conocidos franceses, algunos ajenos entre sí: Jean Val Jean y Julliette -los personajes de Los Miserables-, el escritor Flaubert, el poeta Jean Cocteau y las reinas de la moda Nina Ricci y Coco Channel.
Pero no fue Loaeza la única en traer al acto personajes del país galo. El encargado de entregarle la medalla, el embajador Philippe Faure comparó a la autora de Compro, Luego Existo, con la encarnación de tres figuras de la literatura francesa: Pierre Augustin Caron de Beaumarchas, Colette y Víctor Hugo.
El diplomático ofreció un perfil de la escritora detallando su relación con Francia, los años que allí vivió y los cientos de artículos donde hace mención a ese país. Al caracterizarla, habló de ella como una mujer “compleja e incluso contradictoria; imprevisible, autodidacta, espontánea, aunque estructurada y abierta a todo lo que le rodea”.
La autora estuvo acompañada por sus tres hijos -nacidos en Francia-, su esposo, y escritores como Elena Poniatowska, Federico Campbell, Martha Lamas y Agustín Barrios Gómez.
Loaeza volvió al tema de la dualidad al final de su discurso para recordar que pidió a su familia que la mitad de sus cenizas sea depositada en México y la otra en Francia. En Montparnasse, París, al lado de gentes como Julio Cortázar y Porfirio Díaz; y en México, en San Fernando, cerca de Benito Juárez.