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Guarura: un seguro contra secuestro

Por Luis Morales

Torreón, Coah.- A raíz de los secuestros consumados en la Comarca Lagunera, donde las víctimas fueron acaudalados empresarios en los diferentes ramos de la industria, comercio y servicios, la figura del guarura o escolta se encaminó a la profesionalización, operando en grupos de élite.

La inmensa fortuna de algunas personas siempre es atractiva para los integrantes de una banda organizada de delincuentes o bien para ladrones aficionados, ambos con el mismo fin, apoderarse del patrón o ?Principal? para después solicitar el pago de un rescate.

Los secuestradores profesionales invierten tiempo y dinero en el estudio de sus víctimas, utilizan equipo de comunicación y recurren a la alta tecnología para preparar su golpe. Por esta razón los empresarios organizados buscaron la asesoría para formar sus propios equipos de seguridad.

Inteligencia, disciplina y la capacitación constante, son las claves para lograr el éxito en la protección de los funcionarios o patrones. Para este fin, la selección del personal es determinante, no se puede exponer la integridad de una persona dejándola en manos de algún improvisado.

La figura del guarura con sombrero, lentes obscuros, camisa vaquera, botas exóticas y mal encarado está destinada a desaparecer o sólo es adoptada por la gente mal asesorada que antepone el aparente uso de la fuerza al de la inteligencia.

Filtros en la selección

Los jefes de seguridad de los diferentes grupos en la región tienen la responsabilidad de seleccionar al personal que tendrán a su cargo. En función de la minuciosa revisión de los antecedentes y la aprobación de exámenes de los aspirantes, se puede garantiza la confianza al futuro escolta.

La primera herramienta es el Registro Nacional Policíaco, donde aparecen los registros de los ex policías y el motivo de su baja en las corporaciones de los tres niveles en todo el país. El ex militar también es candidato, la revisión de sus antecedentes es igual de meticulosa.

Las referencias personales y los comentarios de sus anteriores jefes en los distintos trabajos, son considerados por los jefes de seguridad para sumar puntos a los aspirantes a pertenecer a un grupo élite.

Cuando los filtros de selección son de fondo, también se visita el hogar del interesado, se dialoga con los vecinos y con la familia, la conducta y calidad moral del solicitante también son evaluadas desde éstos ángulos.

A la par de las citadas evaluaciones, también se aplican exámenes de conocimientos generales, psicométricos y pruebas de resistencia física. El diagnóstico de un psicólogo ocupa el porcentaje considerable al momento de rendir la información sobre los resultados del aspirante.

Los valores del futuro escolta también son calificados en pruebas sencillas, el arrojo, la seguridad, la capacidad en la toma de decisiones se muestran en simulacros bien definidos, donde el participante no siempre se da cuenta que es vigilado.

Cuando los requisitos fueron aprobados satisfactoriamente para el jefe de seguridad, entonces viene la etapa de capacitación, donde se requiere de más empeño. La puntualidad y otros buenos hábitos son calificados como vitales, el escolta está cada vez más cerca para convertirse en un asistente de seguridad.

Lealtad contra piratería

Ya pasaron varios meses después del proceso de selección, el ahora asistente de seguridad muestra un buen desempeño en su trabajo, los funcionarios a su cargo reconocen su esfuerzo, el vínculo de lealtad es más sólido.

Para que un agente de seguridad alcance un grado mayor, tuvo que dedicar mucho tiempo a su trabajo, esto implica el distanciamiento de la familia. Los jefes de personal también vigilan la remuneración económica y el estado de ánimo de su subordinado, esta medida es clave para la fidelidad con el grupo.

Los salarios de los agentes de seguridad varían según el escalafón, el mínimo es de seis mil pesos al mes y puede llegar hasta ocho mil pesos. Dependiendo del grupo, a los más experimentados se les paga de diez a 12 mil pesos y los jefes pueden ganar mínimo entre 15 y 20 mil pesos al mes o más según su carga de trabajo.

Como en el escolta libre, la idea de anteponer la vida por la de su protegido también está vigente y para tal fin, el jefe de seguridad busca que su subordinado sienta el respaldo en todo momento y la seguridad para su familia en caso de una tragedia.

El asistente de seguridad se enfrenta a un trabajo muy estresante, por eso se programan válvulas de escape con frecuencia. Cuando la rutina es extraordinaria, el escolta busca otras variables, en apariencia con menos compromisos.

Es entonces cuando surge la piratería entre los asistentes de seguridad, quienes con un mínimo de cinco años de capacitación y beneficios a la orden del día, deciden cambiar de dueño por algunas monedas o prestaciones extras.

En los agentes libres es frecuente la rotación, algunos saben del buen desempeño de los guaruras y mejoran la paga, otros cambian de patrón por los constantes choques por traer aliento alcohólico o por no llevarse bien con el jefe de seguridad.

De este modo, el escolta con buen desempeño se convierte en un jefe de seguridad de un grupo más o menos considerable o ahora protege a una familia aprovechando su capacidad y experiencia adquirida en su anterior trabajo.

Siempre alertas

La principal tarea del asistente de seguridad es la prevención de una agresión o un secuestro. Su trabajo es mantenerse siempre alerta y esto se logra con disciplina y el distanciamiento de las actividades nocivas para la salud.

En el proceso de selección del personal quedó claro que los filtros son más estrictos que los aplicados en los diferentes cuerpos policíacos. Algunos grupos aplican de tres a cuatro exámenes antidoping al año para detectar irregularidades. El aliento alcohólico en el trabajo es inconcebible.

También la figura del asistente de seguridad tiende a convertirse en más discreta, no debe actuar como si tuviera un letrero que anuncie su función, en algunas ocasiones, el escolta debe hacer a un lado el vestir de forma ostentosa, eso incluye el uso de joyas de cualquier tamaño.

El funcionario o empresario asesorado por un grupo de seguridad, con los conocimientos mínimos de defensa en situaciones extremas y con su respectiva escolta, siempre va a dejar de ser atractivo para las bandas de secuestradores.

La presencia de los asistentes de seguridad tiene una finalidad que no requiere de esfuerzo físico y es precisamente el tener los ojos y oídos bien atentos para cualquier situación que no encaje en los estudios o rutas trazadas para el desplazamiento de su patrón o ?Principal?.

El secuestrador puede estar planeando su golpe durante meses, el día de la ejecución, unos segundos pueden ser determinantes para evitar el delito, es entonces cuando el asistente de seguridad demuestra su capacidad y pone a salvo a su protegido.

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