“El tiempo de la diplomacia ha terminado.” Colin Powell
Ayer los gobiernos de Estados Unidos, el Reino Unido y España decidieron retirar la propuesta de una nueva resolución sobre Iraq que habían sometido al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La decisión, que sin duda se tomó en la reunión en Azores de este domingo 16 de marzo entre George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar, es consecuencia de la amenaza de Francia y Rusia de que vetarían una nueva resolución en el Consejo de Seguridad que aprobara el uso de la fuerza contra Iraq. El retiro de la propuesta señala que la alianza anglo-hispano-estadounidense está lista para empezar la guerra sin el aval del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunió ayer en una sesión de urgencia. Las diferencias entre los miembros simplemente quedaron de manifiesto una vez más. El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, dio órdenes para empezar a evacuar a los inspectores de armas y otro personal de la organización en Iraq. El presidente estadounidense George Bush estaba programado para ofrecer ayer un discurso a las ocho de la noche, hora de Nueva York, después de la redacción de esta columna. Se esperaba que en este discurso Bush le pediría a Saddam Hussein que abandonara Iraq a cambio de suspender el ataque en contra de su país. En varias ocasiones Saddam ha declarado que prefiere morir -y provocar la muerte de miles de sus compatriotas-antes que dejar Iraq. Antes del discurso de Bush se especulaba que el presidente estadounidense le daría 72 horas a Sadam para aceptar el ultimátum.
Significativamente el secretario de Estado Colin Powell, y el embajador británico ante las Naciones Unidas, Sir Jeremy Greenstock, sólo mencionaron la amenaza de veto de Francia como la razón del retiro de la propuesta de una nueva resolución en el Consejo de Seguridad. Ayer CNN informaba desde Moscú que había ya esfuerzos por lograr un acercamiento entre la alianza y el gobierno ruso de Vladimir Putin. Para Estados Unidos es importante garantizar, si no el apoyo, cuando menos la neutralidad de Rusia. Claramente el quid pro quo será permitir que Rusia continúe con su política de sujeción de Chechenia. Habrá que ver qué represalias deciden imponer Estados Unidos y la Gran Bretaña en contra de Francia.
La decisión de ir a la guerra sin una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas le está ocasionando problemas políticos especialmente serios al primer ministro británico Tony Blair. Robin Cook, líder de la Cámara de los Comunes y ex secretario de estado de relaciones exteriores, anunció ayer su decisión de dejar el gabinete de Blair en protesta por la decisión de iniciar el ataque sin el aval de una nueva resolución de las Naciones Unidas. Se esperaba ayer también que la secretaria de desarrollo internacional, Clare Short, renunciara también a su cargo. Una parte muy importante del Partido Laborista de Blair, de hecho, puede retirarle a Blair su apoyo en el Parlamento.
Ni Bush ni Aznar tienen ese problema. La mayoría de los estadounidenses se oponía hasta hace algunos días a una acción militar en Iraq sin el aval de las Naciones Unidas, pero el patriotismo estadounidense es tan fuerte que lo más probable es que la nación se una con el inicio de las hostilidades. En España la opinión pública se opone fuertemente a la guerra, pero Aznar tiene un control suficiente sobre el parlamento español como para no tener que preocuparse hasta la siguiente elección general, que no tiene que tener lugar antes del 2004.
Los mercados financieros en Europa y Estados Unidos reaccionaron ayer con optimismo como si enfatizaran la señal de que, más que la guerra o la paz, lo que inquieta realmente a los inversionistas es la incertidumbre. Con la guerra inminente, cuando menos ya hay mayor claridad sobre lo que se avecina.
No hay duda de que la guerra será fulgurante. El poderío militar estadounidense no ha hecho sino crecer desde la guerra del Golfo Pérsico de 1991, en tanto que el de Iraq se ha deteriorado por el prolongado embargo comercial. Si Sadam tiene en verdad armas de destrucción masiva, especialmente químicas o biológicas, no hay duda de que las utilizará en una guerra en que su propia supervivencia política y física está en juego. Pero esto lo sabe la alianza, que está preparada para ello. El verdadero riesgo para Estados Unidos y sus aliados es la posibilidad de sufrir ataques terroristas.
Nacionalización
Hoy los mexicanos celebramos el 65º aniversario de la nacionalización petrolera. Pero el festejo ocurre en un momento en que el Pemexgate, y la multa al PRI, han dejado en claro cómo Petróleos Mexicanos ha sido saqueado para beneficio de algunos políticos.