Washington, EU.- En un gesto que denota el reconocimiento del nuevo liderazgo, el presidente de EU, George W. Bush, llamó ayer por teléfono al primer ministro de la Autoridad Palestina. Abu Mazen garantizó a Bush que luchará contra los brotes terroristas; Bush le prometió que también pedirá a Israel “pasos concretos” para estabilizar la situación actual. La conversación, que duró 15 minutos, fue una iniciativa de la Casa Blanca. Bush, que nunca ha conversado con Yasser Arafat, no cursó todavía una invitación formal para que Mazen visite Washington.
La conversación entre Bush y Mahmud Abbas, conocido como Abu Mazen, es significativa más por su valor simbólico que por su contenido. Bush nunca había conversado ni había invitado a la Casa Blanca al anterior líder palestino, Yasser Arafat, por quien profesa un desprecio personal tan profundo que ni siquiera se molestaba en ocultarlo.
A Mazen se le va a invitar a la Casa Blanca, según fuentes del Departamento de Estado, pero el obsequio se reserva para el momento adecuado. La invitación sólo se cursará si es con garantías de que Mazen vendrá solo a Washington, y por “solo” se entiende que es sin Yasser Arafat.
“Bush cree que Mazen es un reformista”, explicó el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, cuando informó sobre la conversación. “Abu Mazen le dijo que estaba entregado a la reforma, a la paz y a acabar con los actos de terrorismo”, aseguró Fleischer. Según el portavoz, Bush reiteró al primer ministro de la Autoridad Palestina su deseo de trabajar por la creación de un estado independiente en 2005. El camino hacia la paz, según Bush, requiere como “necesidad absoluta” una entrega constante a la lucha contra el terrorismo.
Aunque Bush insistió en su “preocupación por la seguridad de Israel”, el presidente garantizó a Abu Mazen que pedirá a Ariel Sharon “pasos concretos” para promover el entendimiento con los palestinos.
El primer ministro israelí debía haber visitado el lunes la Casa Blanca por octava vez desde que Bush es presidente, pero suspendió el viaje por los últimos brotes de violencia. La conversación entre Bush y Abu Mazen se produjo después de cinco atentados suicidas en menos de 48 horas.
Bush siempre había ejercido una especie de boicot diplomático contra Yasser Arafat, a quien culpaba de ser permisivo con los grupos extremistas palestinos. En público, Bush simplemente ignoraba a Arafat y hablaba de él sin mencionar su nombre; en privado, criticaba el excesivo protagonismo que le había dado su antecesor en la Casa Blanca, Bill Clinton.
Bush y Abu Mazen no hablaron en ningún momento sobre el papel futuro que pueda tener asignado Yasser Arafat.
Los quince minutos de diálogo fueron “cordiales y esperanzadores”, según el portavoz, que anticipó más conversaciones en el futuro. Tanto Abu Mazen como Ariel Sharon –más el segundo que el primero- han mostrado algunas reticencias al Mapa de Rutas, el plan de paz que debe culminar con la creación de un Estado palestino.