Pero no la paz que todos hubiéramos querido. Habrá paz, pero al final de una guerra, la más cruel y la más injusta. Habrá paz que ya no verán tantos niños muertos, tantos civiles, tantos soldados. Habrá paz como la que hubo después de Hiroshima y Nagasaky. Cambiando un tirano por otro que sea más complaciente.
Ahora viene el reparto del botín, los E. U. verán aumentadas sus reservas petroleras, fijarán el precio del petróleo, las grandes compañías constructoras se pelearán por los contratos que les dejarán grandes ganancias. La Pervira Albión con Tony Blair de componedor, se llevará parte de las ganancias y el pobre de José María Aznar ya recibió su parte: En la rechifla que recibió al asistir al sepelio del camarógrafo de la TVE que muere dos días antes de caer Bagdad.
Ya de Presidente Bush había manifestado su disgusto contra el periodismo americano y mundial por la forma con que mostraban las verdades de la guerra. Las madres llorando. Aquel padre que tenía en sus brazos al hijo muerto. El niño al que le amputaron las dos manos y prefería morirse. Cómo es posible que piense uno que las fuerzas invasoras dispararon sin motivo, contra el Hotel Palestina en donde había más de 300 periodistas. Y así es.
Podríamos pensar o suponer que eso es imposible pero solamente recordemos aquella camioneta cuyo chofer no atendió un alto y varios soldados le dispararon matando a once de sus pasajeros.
El ?No Matarás? de nuestros mandamientos, ¿Es acaso obsoleto?, ¿Son los E. U. un país cristiano?, IN GOD WE TRUST dicen los dólares americanos.
Pero ¿Cuál Dios? Seguramente será un Dios del mal.
La portada del News Week nos dice: ¿Por qué E. U. da miedo al mundo?
¿Por qué será?
Yo se que en todas las guerras en el fondo, ha habido un motivo económico. ¡Pero en ésta ni siquiera se disimuló!
Toda la cultura, la moral, la religión, la ética que nos enseñaron nuestros padres y los valores humanos que aprendimos desde pequeños los han tirado al cesto de la basura.
Primero, el gigante se formó comprándole a Francia la Louisiana, y a Rusia, Alaska y a través de la injusta guerra de Texas le cercenan a México más de la mitad de nuestro territorio. Toman las Filipinas. El incidente del Maine los hace dominar en Cuba y Puerto Rico. Crean Panamá quitándoselo a Colombia.
Apoyan a diversos tiranos en Centro América y entran a la guerra en contra del nazismo. Luchan contra el militarismo japonés que ataca al gigante ya formado en Pearl Harbor.
Vienen los años de la Guerra Fría que hace crisis con los misiles en Cuba.
No quiero ni pensar que en lugar de John F. Kennedy hubiera estado cualquiera de los Bush.
La guerra en Japón termina con las explosiones atómicas antes dichas. Cuando Japón ya estaba ?groggy? según la frase usada por Eisenhower, cuando trató de convencer a Truman de que los E. U. no podían arrastrar el pecado de 200 mil muertos civiles en Japón.
En México todos sabemos que el asesinato de Don Francisco I. Madero se fraguó en la Embajada Americana en nuestro país. Marines de los E. U. desembarcan en Veracruz. La Expedición Punitiva de Pershing persiguiendo a Villa, no son sino parte de nuestras relaciones tan conflictivas.
Pero en todas estas guerras ha habido un motivo poderoso, un pretexto viable. ¿Pero en ésta?
No hay ningún motivo lógico, ninguna razón plausible. Ni las armas de destrucción masiva, que no aparecieron por ninguna parte, ni la liberación de Iraq. ¿Acaso no han apoyado a todos los tiranos como Sovosa y Duvalier y tantos otros?
No nos dejemos engañar. A quienes les convino la invasión es a las minorías curdas o chiítas.
La actitud de Aznar provoca una pena ajena. Cómo es posible que hace tres años Aznar fuera en visita de Estado a Bagdad a presentarle sus respetos a Hussein?
También sabemos que las armas que tiene o que tuvo Hussein le fueron proporcionadas por los Estados Unidos.
Y lo que es verdaderamente inmoral, si esto es posible, es que los Bush siempre han tenido acciones petroleras, lo mismo que Rumsfeld quien tiene fuertes intereses económicos en compañías relacionadas con la guerra. Y lo mismo puedo decir de algunos miembros del gabinete de Bush y de los senadores republicanos. Así que tenemos que la verdad es que para beneficiar los intereses económicos de unos cuantos que están en el poder en Washington no les ha importado gastar 50 mil millones de dólares, más los 75 mil millones que le pidieron al Congreso.
No le ha importado a Bush tampoco matar cerca de siete mil civiles iraquíes, ni realizar una verdadera masacre entre las fuerzas iraquíes y la muerte de soldados ingleses y norteamericanos.
Esta guerra puede pasar a la historia como la Guerra Sin Nombre, porque no hay palabras para mencionar en una sola de ellas, la injusticia, la inmoralidad, el descaro, la falta de principios religiosos de un grupo de gobernadores del país más poderoso de la tierra.
Ahora ya sabemos porqué le tenemos miedo a los E. U. Y la pregunta final sería:
¿QUIÉN SIGUE?