GÓMEZ PALACIO, DGO.- En huelga de hambre se encuentra desde la mañana de ayer Carlos Reyes Villa, afuera de la presidencia municipal. En silla de ruedas y con lesiones visibles le acompaña su esposa Leticia García. Una manta blanca con letras negras explica los motivos de su presencia.
Según lo que él cuenta, el 16 de diciembre del 2000 manejaba su taxi del Sindicato Alianza sobre la carretera al Vergel, cuando se accidentó. Dentro del vehículo también iba Leticia. “Resultó como responsable una camioneta de una empresa llamada Impecable, conducida por Sergio Hernández Chávez”, explica Carlos.
Sentado en uno de los cordones de la explanada del edificio que alberga las oficinas del Ayuntamiento, expresa que cuando “quise poner denuncia por lesiones, no me dejaron”.
¿Quién?
—Ramón Nevárez (líder del sindicato Alianza). Me dijo que yo estuviera al pendiente de mi esposa y que ellos se iban a encargar de cobrar lo de las lesiones y lo de daños del carro.
Del accidente, Leticia resultó con lesiones en rodillas, tobillos, cráneo y brazos. “Inicialmente, cuando recibió atención, me la mandaron al Seguro y luego, como no tenemos, la mandaron al Hospital General”. Ahí recibieron el apoyo hasta que la tuvieron que intervenir quirúrgicamente, para lo cual, la trasladaron al Sanatorio San José. Fue cuando “ahí me dejaron colgado con una operación de 16 mil pesos y hasta la fecha y aquí traigo todas las notas”; y Carlos Reyes muestra unos sobres de plástico transparentes en cuyo interior se observan unos papeles.
“Durante esos dos años”, manifiesta el esposo de Leticia García, “se me hizo creer como que sí habían pagado, porque nunca me decían que no había pagado la empresa, sino que me decían que después, después... y ahora ha tenido secuelas, que le arde el cerebro, que le duele mucho la cabeza, o sea, que tuvo edema cerebral”.
Pero, Leticia todavía no puede caminar. En su pie izquierdo, a la altura del tobillo, se observa una herida grande que al parecer fue suturada. En su brazo derecho, poco antes de la muñeca, una protuberancia sobresale. Según dice, se trata de una fractura mal tratada.
¿A quién le están exigiendo que resuelva esta situación?
—A Ramón Nevárez, porque él dijo que se comprometía a pagar hasta el último centavo.
Por si fuera poco, a Reyes Villa ya no lo han dejado trabajar como taxista. “Van como tres veces que me han pedido el reingreso... o sea que me corrieron del Sindicato, pero yo nunca me he considerado fuera”, expresa.
Carlos dice que van a estar en huelga el tiempo que sea necesario, pero que “si no tenemos respuesta aquí, posiblemente nos cambiemos para la plaza”.
Unos cuantos minutos de que este reportero se acercara, “salió uno que trabaja en la presidencia y me decía que viéramos con un licenciado lo legal, pero yo le digo que la atención mi esposa la requiere ahorita, no quiero un juicio legal que me va a resolver de aquí a dos años... pos si no quiero para el ataúd, quiero para su atención médica”, concluye.