Pekín, (EFE).- Los restos de un ser humano hallados en las excavaciones del municipio de Donghulin, oeste de Pekín, datan de la Edad de Piedra, hace unos 10.000 años, informó el equipo de arqueólogos.
Los restos, muy bien preservados, corresponden a los de un ser humano de 1,65 metros de altura que presenta una rotura en la cuenca del ojo izquierdo.
El esqueleto, que fue descubierto el 19 de octubre, se consideró en un primer momento como un eslabón perdido entre el hombre del Periodo superior de las Cavernas, hace 30.000 años, y el Homo Sapiens.
Un objeto de jade del tamaño de un dedo meñique fue encontrado entre la nariz y la boca, y es probable que fuera usado con una finalidad ornamental.
"El hallazgo de los restos intactos de una tumba en el mismo estrato están estrechamente relacionados con el del esqueleto, de los que aún desconocemos el género", declaró Zhao Chaohong, jefe de la excavación y prestigioso antropólogo de la Universidad de Pekín.
El equipo de expertos, que empezó a excavar el 24 de septiembre, encontró junto a la tumba diversos objetos de piedra, huesos y dientes de animales y otros restos que prueban el uso del fuego.
Según Zhao, el descubrimiento del esqueleto y de la tumba facilitará las investigaciones sobre el Homo Sapiens, así como los modos de producción, la cultura, la dieta y las costumbres sociales del periodo de la Edad de Piedra.
La misión del grupo de arqueólogos era proseguir con las excavaciones iniciadas en Donghulin en 1966, año en que un estudiante de la Universidad de Pekín, Hao Sougang, encontró por casualidad tres esqueletos.
Los restos, calificados entonces como los del "Hombre de Donghulin", fueron desenterrados aquel año por los habitantes del municipio, situado en el distrito pequinés de Mentougou, pero desaparecieron y hasta la fecha se ignora su paradero.
En julio de 2001 ya fue hallado un lote de objetos de piedra, cerámica, piezas de hueso y reliquias con signos que demostraban el uso de fuego.