Durango

Han tenido poca respuesta vocaciones sacerdotales

Situaciones de apatía, indiferencia hacia el ministerio sacerdotal y la ausencia de motivación al interior de las familias han propiciado un decrecimiento en el ingreso de muchachos al Seminario, dijo el padre Francisco Canales, titular de la Pastoral Diocesana Vocacional, luego de un curso de promoción dirigido a preparar agentes en esta vertiente apostólica.

Anteriormente las familias eran un semillero esencial para promover las vocaciones sacerdotales o religiosas; sin embargo, en la actualidad se ha generado una falta de fervor por inspirar que los muchachos o muchachas abracen la vida consagrada como una opción de servicio, superación y misión en el plan de Dios, apuntó.

Indicó que en este año hubo poca respuesta en los preseminarios y los ingresos finales a las instituciones Menor y Mayor; sin embargo, reiteró que se trabajará para promover entre los jóvenes católicos la vida de la instituciones formadoras de los sacerdotes y las casas de religiosas.

CIFRAS

Precisó que originalmente se había trabajado con 74 muchachos adolescentes que estaban por terminar la secundaria y que mostraron inquietudes por la vocación sacerdotal; sin embargo, al Pre–Seminario sólo se incorporaron 47, es decir, el 63 por ciento de lo esperado.

Y finalmente, al iniciar el proceso formal de educación y formación en el Seminario Menor que comprende los estudios de nivel medio superior, sólo se inscribieron 43 jóvenes que tomaron el reto de convertirse en seminaristas.

En los varones que terminaron la preparatoria había 50 que tenían interés, pero al Pre-Seminario Mayor sólo se reportaron 22, menos de la mitad, y finalmente se matricularon 18, el 32 por ciento de los potenciales aspirantes, apuntó el padre Canales.

En el ciclo 2002, en el Seminario Menor 73 jóvenes con estudios de secundaria concluidos se presentaron a la jornada previa, pero sólo se quedaron 53, mientras que en el Seminario Mayor, de 18 aspirantes, sólo se incorporaron 16.

Los jóvenes son prioridad

Los adolescentes y jóvenes deben ingresar a un proceso de evangelización, en virtud de que representan más del 60 por ciento de la población y porque están bautizados, puntualizó un informe de la Arquidiócesis de Durango con relación a los planes de integrar a los muchachos y muchachas en los planes de pastoral.

En este sentido, el documento asentó que la Pastoral Vocacional es determinante en virtud de que en la etapa entre los 12 y los 25 años las personas viven el proceso de convertirse en hombres y mujeres y necesitan la acción cristificadora del apóstol.

En esta etapa de la vida aprenden a ser libres, pero es fundamental orientarlos a discernir la voluntad de Dios, aun en los casos más difíciles, además de que están en la búsqueda de cuál es el llamado que tienen en esta vida.

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