EL PAÍS
TOKIO, JAPÓN.- Japón recibe hoy viernes al secretario de Defensa de EU, Donald Rumsfeld, con la decisión formal de retrasar el envío de tropas a Iraq. El primer ministro, Junichiro Koizumi, un estrecho aliado de Washington, debía haber dado luz verde al plan militar por el que el mes próximo viajarían a ese país los primeros 150 soldados japoneses, pero el mortífero ataque del miércoles contra los italianos llevó definitivamente a Tokio a aplazar la decisión.
“Debe haber una situación en la que nuestras fuerzas de autodefensa puedan realizar plenamente sus actividades, pero desgraciadamente no es así”, dijo el portavoz gubernamental, Yasuo Fukuda al anunciarlo. El retraso, “posiblemente” hasta primeros del año próximo, ya se barajaba seriamente tras el resultado de las elecciones del pasado domingo para no entorpecer la toma de posesión de Koizumi, prevista para la semana que viene. En medios políticos se consideraba la decisión “más prudente”, tras el avance de la oposición y del partido de la coalición gubernamental Nuevo Komeito, que se opone tajantemente a que haya tropas japonesas en territorio de Irak. Si el Gobierno en la sesión de hoy se hubiera empeñado en seguir adelante con el plan para enviar mil hombres a Irak, la sesión de investidura podría convertirse en una batalla campal peor que la de julio pasado, cuando se debatió el proyecto. Críticas de la oposición
Naoto Kan, el líder del opositor Partido Democrático de Japón, principal vencedor de los comicios en los que su formación obtuvo 40 diputados más -la Dieta tiene 480-, dijo ayer que “la situación en Irak está volviendo a los niveles de la guerra”, y subrayó que, si continúa esta violencia, “será imposible” mandar los soldados con la ley aprobada en julio.