LONDRES, INGLATERRA.- Difícilmente ellas pudieran ser más distintas, pero para muchos se han convertido simplemente en "las hermanas belgas".
Hablan idiomas diferentes y adoptan distintos estilos, pero Kim Clijsters y Justine Henin-Hardenne están unidas no solamente por una bandera sino por un deseo en común: frustrar a las poderosas hermanas Williams en el Abierto de Gran Bretaña.
En Wimbledon, tercer evento de la temporada por el Grand Slam y que comienza el lunes, ese enfrentamiento promete ser cautivante.
Clijsters es la segunda preclasificada para el torneo sobre césped, delante de la cuarta cabeza de serie Venus Williams, la mayor de las dos genuinas hermanas estadounidenses.
Henin-Hardenne está tercera en la preclasificación, siguiendo a la favorita Serena, defensora del título. Si las Williams ganan todos sus partidos antes de la final podrían volver a encontrarse en la definición.
O también podría darse la segunda final consecutiva de las belgas en torneos de Grand Slam luego de haber disputado recientemente el encuentro decisivo en Roland Garros, donde Henin-Hardenne le ganó a Clijsters.
Esa fue la primera final en la que no estuvieron las hermanas Venus y Serena Williams en más de un año.
La victoria de Henin-Hardenne sobre Serena en semifinales fue la primera derrota de la número uno del mundo en un torneo de Grand Slam desde que cayó con Venus en 2001 en la definición del Abierto de los Estados Unidos.
JUGADORAS DIFERENTES
Fue una derrota que hizo añicos su imagen de invencible, que alimentó las esperanzas de otras jugadoras y alentó las expectativas del torneo.
"Yo creo que es bueno tener una final diferente", dijo Henin-Hardenne después de esa gran victoria en París.
"Es bueno ver distintas jugadoras y creo que le hace bien al tenis femenino. Ella (Serena) ha tenido muchas posibilidades recientemente. Es tiempo de que ella se las dé a otras", agregó.
Su compatriota Clijsters estaba igual de contenta cuando venció a la menor de las Williams en la final del Campeonato de la WTA, que cerró el circuito del año pasado.
A principios de año, Clijsters dijo que le pareció haber encontrado la "fórmula mágica" para vencer a las Williams.
"Es cuestión de ser un poco más consistente... Yo creo que estoy capacitada para hacerlo", expresó.
Pero deberá tener algo más que consistencia para arrebatarle el título a Serena, ya que la estadounidense está preparada para evitarlo.
Después de París, Serena regresó a su casa en Estados Unidos, en la costa este del estado de Florida.
Desde entonces ha estado viajando por la costa hacia Miami para jugar e intensificar su trabajo en canchas de césped allí, y se mostró contenta por la forma en cómo recuperó la potencia de su servicio.
"El saque ha sido maravilloso. Estoy realmente ilusionada con mi servicio", dijo la semana pasada Serena en una teleconferencia desde su casa en West Palm Beach.
"Yo serví muy mal en París. Estaba decepcionada porque en cierta forma he ganado sirviendo de la misma manera. No fue lo suficientemente bueno", agregó.
Detrás de las cuatro primeras preclasificadas, la oposición disminuye.
En verdad es difícil saber quién será capaz de preocupar al cuarteto que la actualidad está por encima del nivel que muestra regularmente el resto.
La estadounidense Jennifer Capriati está luchando para recuperar el nivel que tuvo hace dos años, y su compatriota Lindsay Davenport aún parece estar fuera de ritmo.
La francesa Amelie Mauresmo está un poco frágil mentalmente y la eslovaca Daniela Hantuchova aparece físicamente liviana para tamaña competencia.
El título probablemente será para una de las cuatro, las hermanas Williams o las "hermanas" belgas, pero nadie sabe cuál será la que levante el trofeo en Wimbledon.