EDITORIAL Columnas Editorial Caricatura editorial

Historia Política de Coahuila

Roberto Orozco Melo

La historia política de Coahuila se deslizó, durante los primeros años del siglo XX, por un camino anfractuoso: había estallado la Revolución Mexicana y los ánimos caldeaban, para decirlo en palabras de don Antonio Malacara, en color rojo pasión.

En los primeros años del siglo XX nos gobernaron dos porfiristas Miguel Cárdenas y Jesús de Valle; éste renunció en 1911 por la Revolución Maderista y fue sustituido por don Venustiano Carranza, que asumió la gubernatura interina por los acuerdos de Ciudad Juárez. Luego de un corto interregno del ingeniero Reginaldo Cepeda ­­del primero de agosto al 22 de noviembre de 1911, en que hubo elecciones­­ el señor Carranza asumió la gubernatura constitucional por el voto de los coahuilenses hasta el 19 de febrero de 1913 cuando, autorizado por el Congreso de Coahuila, encabezó la guerra contra la usurpación del poder constitucional por Victoriano Huerta.

Del primero de octubre de 1913 al doce de noviembre de 1917 Coahuila tuvo nada menos que 17 gobernadores provisionales, entre huertistas, carrancistas y villistas. Hubo un general que permaneció un solo día en el poder, otros una semana, quién quince días o quizás uno o unos meses. La permanencia era decidida por la celeridad con que actuaban las fuerzas enemigas para recuperar la plaza: el general Raúl Madero, por ejemplo, duró escasos cinco días en la gubernatura. José Isabel Robles permaneció al mando por tres días. Orestes Pereyra duró tres meses.

Triunfante el constitucionalismo en 1915 asumió la gubernatura provisional de Coahuila el licenciado Gustavo Espinoza Mireles, pidió licencia por unos meses y luego compitió por la gubernatura para el período que iniciaba el 15 de diciembre de 1917. Sería él mismo quien promulgara la nueva Constitución Política Local el 5 de febrero de 1918. Dos años más tarde, asesinado el señor Presidente Venustiano Carranza, dejó el gobierno en manos del general Luis Gutiérrez.

Para el siguiente cuatrienio fue elegido el general Arnulfo González, pero tuvo un serio conflicto con los diputados locales independientes quienes, encabezados por el profesor Candor Guajardo, que nada tenía de candoroso, lo acusaron de mal gobierno y lo obligaron a retirarse del cargo, en una transacción con el gobierno de Álvaro Obregón, dirigida por el general Manuel Pérez Treviño, quien se quedaría a vivir en Coahuila para apoyar al gobernador sustituto Carlos Garza Castro. Al concluir el período Pérez Treviño se postuló para gobernador y ganó. Luego fue llamado a dirigir el Partido Nacional Revolucionario y en el siguiente cuatrienio don Nazario S. Ortiz Garza devino electo gobernador de Coahuila y muy buen gobernador...

Al término de esta gestión el PNR escogió como candidato al doctor Jesús Valdés Sánchez, quien gobernó de 1933 a 1937. En su administración se inició el reparto agrario de La Laguna, promovido por el presidente de la República Lázaro Cárdenas del Río y se construyeron las dos carreteras más importantes de Coahuila: Saltillo­Torreón y Saltillo­Piedras Negras. Luego el partido oficial designó a un candidato ad­hoc con la política nacionalista de Cárdenas: el general Pedro V. Rodríguez Triana, hombre de pueblo, sensato y preocupado por las clases desprotegidas, quien al concluir su mandato se negó a entregarle el poder al general Benecio López Padilla renunciando quince días antes. Por su parte, López Padilla había tenido elecciones muy competidas contra dos generales: Lucas González Tijerina y el general piloto aviador Antonio Cárdenas Rodríguez. De entrada don Benecio desaforó a los 38 presidentes municipales de Coahuila que tenían filiación trianista y transó la integración de su legislatura con los grupos de políticos tradicionales. Gobernó con espíritu constructivo.

A don Benecio lo sustituyó Ignacio Cepeda Dávila, que antes había sido alcalde de Arteaga, diputado local y presidente municipal de Saltillo. También deseaba la gubernatura el licenciado Raúl López Sánchez, pero la simpatía de don Benecio por Cepeda Dávila, junto a la del presidente Manuel Ávila Camacho, le quitaron la oportunidad. Poco después el licenciado Miguel Alemán, secretario de Gobernación, de quien el diputado federal Raúl López Sánchez era muy amigo, devino candidato del PRI a la Presidencia de la República. Las consecuencias para don Ignacio fueron deplorables. Obviamente López Sánchez resultó gobernador sustituto y lo fue con gran eficiencia y espíritu progresista...

A López Sánchez lo siguió don Román Cepeda Flores, otro arteaguense, que también hizo un buen gobierno dentro de las precarias condiciones que ya se notaban en la hacienda pública estatal. Luego vino el general don Raúl Madero González a quien algunos listos le pusieron algunas trampas para hacerlo renunciar. No lo consiguieron: don Raúl permaneció todo su sexenio en el gobierno y consiguió el cariño del pueblo con su decencia, honestidad y bonhomía.

Esta panorámica de la historia política de Coahuila será debidamente ampliada en un ciclo de conferencias que se dictarán en el Archivo Municipal de Saltillo a partir de mañana por un grupo de expertos. El propósito de los organizadores del Ciclo “Historia Política de Coahuila” ­Dirección y Patronato del Archivo Municipal­ es aproximar a los coahuilenses al conocimiento de nuestro desarrollo político a través de los hechos de quienes nos han gobernado. Nada más, pero tampoco nada menos. Atento aviso a directores, editores y lectores: por dos semanas me ausentaré de estas páginas. Retorno en la primera quincena de octubre. Gracias por su comprensión. ROM.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 51370

elsiglo.mx