Niños del Centro de Integración Laboral viven las fiestas decembrinas
EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Nayeli, Nancy y Gerardo, son niños con síndrome de down. Sus capacidades diferentes a las del resto de los infantes, no les resta sensibilidad para disfrutar las fiestas navideñas y tampoco para escribirle cartas a Santa Claus.
Los tres se capacitan en el Centro de Integración Laboral (CIL) donde su directora, María Concepción Valenzuela Ramírez, desde hace 25 años, junto con su equipo de maestros y psicólogos, impulsa su desarrollo.
Ellos perciben el ambiente decembrino. “Estos festejos los emocionan”, dice la psicóloga de la institución, María Elena Valdez, quien explica que estos niños tienen conciencia de la Navidad, pero en su concepto de fiesta.
El miércoles 17 del presente, los 98 alumnos que se capacitan en el CIL tuvieron su posada, donde los educandos de la escuela primaria 18 de Marzo B, les llevaron regalos y bolos. Todos estaban contentos y esperaban el arranque del sonido disco para bailar.
En vísperas del nacimiento de Jesús, sus maestros se ponen al nivel de su capacidad intelectual para explicarles el significado de las fiestas decembrinas. Con actividades que incluyen la decoración de los salones y talleres académicos con ornamentos alusivos a la fecha, entienden más la festividad y eso los llena de emoción.
Muñecas para Nayeli
Cronológicamente Nayeli Leticia Blanco Morales tiene 18 años —recién cumplidos precisamente el miércoles referido—, pero su edad mental oscila alrededor de los siete.
Con alumnas como ella —previa explicación de la psicóloga— cuya deficiencia mental es considerable, resulta un tanto difícil entablar una conversación. Por eso se establece una especie de juego donde uno pregunta y ella solamente responde con un sí o un no.
La pequeña desde el primer año está integrada en el CIL donde se capacita en el taller de belleza. Su cabello, arreglado coquetamente con dos palillos chinos, demuestra que le encanta verse hermosa.
Su mamá, Leticia Morales de Blanco, lo confirma y explica que le gusta que la peinen y la vistan bien. Un vestido con corte japonés, color negro, con vivos blancos y detalles en rojo, envuelve su cuerpo regordete. Un abrigo blanco de felpa, la protege del frío. Sus zapatos altos, color negro y medias de naylon del mismo tono, complementan su atuendo.
Al preguntarle si le gustan las muñecas, Nayeli asiente con su cabeza. Su mamá explica que en esta Navidad, Santa Claus le traerá una, así como muchos casetes con la música de moda porque le encanta bailar.
La amistad de Benjamín
Nancy Berenice Rivera está por escribir su carta a Santa. Un especial deseo incluye en esta ocasión: que Benjamín sea su amigo. Él es un joven que está en el taller de ayudante general donde aprende a elaborar trapeadores.
Ella tiene 22 años, pero su capacidad mental es la de una niña de ocho, quien aparte de pedir la amistad de su compañero de estudios, quiere el compacto de Alebrijes y Rebujos.
Nancy baja su cabeza y alza sus hombros cuando se le cuestiona si Benjamín le gusta. Se sonroja y dice: “está guapo”. Suelta una carcajada y mira a su maestra del taller de panadería y cocina, Martha Adriana Galindo, quien la abraza y comenta que es una niña muy noble, quien sin duda tiene su corazoncito.
Su maestra dice que todos participaron en un intercambio de regalos. Si bien es cierto que niños como Nancy no entienden el concepto de la Navidad como tal, la fiesta, la alegría, el intercambio de regalos, los abrazos y demostraciones de amor que la acompañan, sí lo comprenden... lo sienten.
Bicicleta a Gerardo
Gerardo Alvarado Sánchez afirma que su maestro se parece a Santa Claus, porque es grande y gordo como él. A sus 16 años de edad, su inteligencia es la de un niño de seis años.
Ya hizo su carta a Santa Claus donde aparte de haber escrito ¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo para todos!, le pide como regalo una bicicleta. Lo anterior lo comentaron los encargados del taller de serigrafía, José Agustín Nava Quiroz (el que se parece a Santa, según Gerardo) y Francisco Javier Martínez Gallegos, pues él no puede entablar una conversación, ya que al igual que Nayeli, solamente dice sí o no, como respuesta a la pregunta formulada.
Existen tres niveles en el taller de serigrafía: bajo, mediano (en el que está Gerardo) y alto. Los encargados explican que para que estos niños aprendan, se basan en sus conocimientos, aptitudes y nivel intelectual.
Luego, cuando nuevamente se le pregunta a Gerardo que si su maestro se parece a Santa Claus, presuroso contesta: “Sí, sí...”.
nvitación abierta
La directora del Centro de Integración Laboral (CLIP), María Concepción Valenzuela Ramírez, dice que personas de todas las edades con capacidades diferentes al resto de los demás, pueden acudir para solicitar apoyo, dado que están abiertas las inscripciones:
· El objetivo es integrarlos al ámbito social, para que se capaciten en un área y puedan concentrarse en lo laboral.
· Ahí pueden hacer su primaria “especial”.
· Se capacitan en los talleres de: Belleza, Corte y Confección, Carpintería, Panadería, Serigrafía, Ayudante General (donde hacen trapeadores y aprenden a dar mantenimiento a los aparatos de aire).
· El CIL se localiza en la esquina de Austria y avenida Victoria.
· Teléfono: 7-37-56-54.
FUENTE: Centro de Integración Laboral