El secretario de Estado estadonidense Colin Powell, visitó la localidad kurda de Halabja, norte de Iraq donde al menos cinco mil personas murieron en marzo de 1988 en un ataque químico ordenado por Saddam Hussein.
15 septiembre 2003
HALABJA, Iraq (AP).- Con hileras de lápidas sirviendo de telón de fondo, el secretario de Estado Colin Powell participó el lunes en ceremonias en homenaje a 5.000 kurdos asesinados en un ataque con armas químicas ordenado por las fuerzas de Saddam Hussein en 1988.
En presencia de familiares de las víctimas, Powell declaró: "No es necesario que les diga que Saddam Hussein fue un tirano homicida. Todos ustedes lo saben. Lo que puedo decirles es que lo que ocurrió aquí en 1988 nunca volverá a suceder". Powell añadió que Saddam "está huyendo y ocultándose. Seguirá huyendo hasta que lo capturemos o muera".
Halabja, una ciudad controlada por los urdos, fue atacada por fuerzas de Saddam con armas químicas en venganza por el presunto respaldo de sus habitantes a Irán durante la guerra de 1980-88. La ciudad se halla cerca de la frontera con Irán y está a 240 kilómetros al noreste de Bagdad.
Muchos de los que asistieron a la ceremonia perdieron entre siete y 10 miembros de su familia en la matanza. Powell observó largas hileras de simples lápidas que marcan el sitio de entierro de más de 1.000 de las víctimas.
Tras concluir su discurso, Powell abandonó el podio y se mezcló con los asistentes. Muchos de ellos lloraron.
Powell viajó a Halabja desde Bagdad, para participar en la inauguración formal del monumento y para recordar a aquellos que perdieron sus vidas el 15 de marzo de 1988.
Junto a Powell se hallaba en el podio Jalal Talabani, líder de la Unión Patriótica de Kurdistán, quien dijo que los kurdos, desde tiempo inmemorial, consideraban que sus únicos amigos eran las montañas, visibles a escasos kilómetros de distancia.
Indicó que los kurdos saben ahora que después de todo tienen amigos, y Colin Powell era una demostración de ello.
Según el Departamento de Estado, la fuerza aérea iraquí lanzó sobre Halabja gas sarín y otros productos químicos letales. El ataque dejó un saldo inicial de 5.000 muertos y de 10.000 heridos.