Venecia, Italia.- Anthony Hopkins presentó en el Festival de Cine de Venecia su nueva película, titulada The Human Stain, y dijo que la tendencia actual a la corrección política es “como un cáncer”. La cinta cuenta la historia de un hombre brillante cuya carrera es destruida por acusaciones de que su actitud no es “políticamente correcta”.
“Leí el libro y el guión y pensé: Si los directores tienen fe en mí, mantendré mi actuación en el plano más simple posible, me aprenderé mis diálogos y eso será todo”, dijo a la prensa el actor galés, ganador de un premio Oscar.
“Perdónenme”, interrumpió el director Robert Benton. “Pero esa no es la verdad. La enorme cantidad de trabajo y energía que invirtió en este papel fue abrumadora. Es asombroso el riesgo que aceptó y el valor que demostró al hacer este personaje”.
La cinta The Human Stain, está basada en una novela de Philip Roth, que cuenta la historia de un profesor, Coleman Silk, cuya carrera es arruinada por una falsa acusación de racismo.
Su vida queda también destruida, pero una relación posterior con una joven interpretada por Nicole Kidman resulta para Silk una especie de tabla de salvación.
“Creo que Nicole es una de las actrices más consumadas que conozco”, dijo Benton, que ganó premios Oscar por sus películas Kramer vs. Kramer, de 1979, y Places in the Heart, de 1984.
Dijo que The Human Stain conecta más con el cine europeo que con el estadounidense, donde esta serie de producciones, debido a la temática, son más bien insólitas, aunque eran más habituales en los años 60.
Hopkins, en su primera visita al Festival veneciano, estuvo serio y con pocas palabras, que dedicó a hablar bien del “excelente” guión y de Nicole Kidman: “es muy guapa y una magnífica actriz. Trabajar con alguien tan preparado es siempre un placer”.
No obstante, sí reconoció que cumplir siempre con lo “políticamente correcto” es algo que produce fatiga y resulta difícil, pero no oprime. En el pase para la prensa en el Lido veneciano la película de Benton cosechó aplausos pero también algunos silbidos.
Por su parte, Lars von Trier firma junto a Jorgen Leth De Fem Benspaend, que compite en la sección paralela Controcorrente, dedicada a obras más innovadoras en el lenguaje y la forma.
En verdad la obra de estos dos daneses lo es, ya que parte de la propuesta que Von Trier hizo a Leth de que hiciera cinco versiones de su corto de 1967 El Hombre Perfecto, en el que trazaba el retrato robo de la perfección formal y estética en el ser humano.
No obstante, el planteamiento de Von Trier tenía truco, ya que en cada uno de los casos ha enviado al veterano Leth, reconvertido en actor, a diferentes lugares, como Cuba, Bombay o Bruselas, siempre poniéndole dificultades para el rodaje -el título traducido es Las Cinco Obstrucciones- hasta encargarle incluso un corto de dibujos animados, un género que ambos detestan.
Ausente Von Trier de Venecia, Leth explicó que la propuesta de su colega era “un juego, en absoluto dulce o infantil, sino lleno de trampas y giros viciosos”, pero que, aunque era consciente del riesgo, aceptó el encargo por considerarlo estimulante.
Por otra parte la actriz australiana Nicole Kidman suspendió su viaje al Festival de Venecia, donde iba a presentar fuera de concurso la película The Human Stain, de Robert Benton, que protagoniza junto a Anthony Hopkins. Argumentó que no puede abandonar el set de The Stepford Wives, de Frank Oz, que se está rodando en Estados Unidos. Otras cintas presentadas incluyeron Un Filme Hablado, del portugués Manoel de Oliveira, y Rosenstrasse, de la directora alemana Margarethe von Trotta.
En la sección Contracorriente del Festival se presentó Lost in Translation, una película de Sofía Coppola protagonizada por Bill Murray.