Los científicos han descubierto un gen necesario para comenzar la pubertad al estudiar familias en las que se han casado primos.
El hallazgo podría conducir al desarrollo de tratamientos más efectivos para jóvenes que no maduran sexualmente, y podría facilitar la comprensión de las causas de otros desórdenes reproductivos, afirmaron investigadores.
Tres equipos de científicos en Estados Unidos, Francia e Inglaterra identificaron simultáneamente al gen.
Este no está en los cromosomas X o Y, que asignan el sexo del individuo. En lugar de ello, se encuentra en uno de los pares de cromosomas ordinarios, el número 19. Eso significa que un ejemplar sano es suficiente para iniciar la pubertad. Pero dos defectuosos _ uno de cada padre _ pueden evitar que el cuerpo madure, un problema de salud que normalmente se atiende con hormonas.
"Este descubrimiento es un paso importante para la comprensión del complejo proceso de maduración sexual normal", dijo el doctor Duane Alexander, director del Instituto Nacional de Desarrollo Humano y Salud Infantil, que ayudó a financiar los estudios.
Equipos de investigadores de Boston y de Cambridge, Inglaterra, informaron sus hallazgos en la edición del New England Journal of Medicine. Un grupo de París publicó sus propios descubrimientos en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Los investigadores afirmaron que el gen podría afectar la producción o el procesamiento de una hormona sexual en particular.
Sin embargo, este gen no proporciona todas las respuestas a por qué algunos jóvenes no tienen un proceso normal para llegar a la pubertad. Se conocen otros genes que producen este problema de salud, conocido como hipogonadismo hipogonadotrópico idiopático, y los científicos no creen haber hallado todas sus causas.
Factores ambientales como la nutrición, la exposición a diversos agentes químicos e incluso el ejercicio físico también desempeñan un papel para que comience la pubertad.
El descubrimiento del gen podría conducir a un mejor tratamiento para la metástasis del cáncer de próstata y otras enfermedades, escribieron científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard y de un hospital asociado en un artículo adjunto.