Londres, (EFE).- La reina Isabel II de Inglaterra descubrió en un parque público una estatua de sí misma en la que aparece montada a caballo, en lo alto de una colina, mirando hacia el castillo de Windsor.
La escultura de bronce, de tres toneladas de peso y que ha costado unos 450.000 euros, es obra del artista Philip Jackson, quien afirmó que la soberana "parecía contenta con el trabajo" al inaugurar la estatua en Berkshire (oeste de Londres) junto con su esposo, el duque de Edimburgo.
"Fue una persona muy agradable y cooperó mucho" durante las horas en las que posó, explicó Jackson, quien dedicó dos años a completar la escultura.
Isabel II, que ya dispone de otras estatuas en Canadá y en Australia, se ha convertido, junto con la reina Victoria, en la única soberana británica que tiene estatuas en lugares públicos.
La nueva escultura -que la representa a la edad que tenía hacia la mitad de su reinado, a mediados de los 70-, se ha inaugurado en la parte más alta de un camino del Great Park de Windsor, cerca de donde tiene su castillo la familia real británica.
Se representa a Isabel II haciendo un alto en su camino, subida en su caballo y mirando en la distancia hacia el castillo de Windsor.
"Creo que será del interés y del gusto de los dos millones de visitantes que tiene cada año el Great Park", apuntó Ian Grant, responsable de la asociación Crown Estate, que encargó la obra para conmemorar el Jubileo de Isabel II.
Se da la coincidencia de que la reina ha inaugurado esta obra el día en que el ex mayordomo de Diana de Gales, Paul Burrell, ha publicado un libro que le ha enfrentado con la familia real británica.
El libro, "Un deber real", basado en cartas privadas de la princesa, ha enfurecido a los hijos de Diana, los príncipes Guillermo y Enrique, que han acusado a Burrell de traicionar a su madre de manera "fría y flagrante".