Managua, (EFE).- La calma, aunque relativa, ha vuelto a la población indígena nicaragüense de Raití, Caribe norte, estremecida desde octubre por un brote de histeria colectiva, después de que una curandera de la región ha atendido a los "enfermos".
El diario "La Prensa" publicó que la curandera Porcelana Sandino, contratada por el Ministerio de Salud, logró en tres días de intenso trabajo que unos 150 "pacientes" se redujeran a casi cero.
Los primeros 30 casos se conocieron en octubre pasado, cuando miembros de la etnia miskita comenzaron a deambular por las calles de esa comunidad -de 1.600 habitantes- desnudos y armados con palos y machetes.
Los afectados, víctimas de convulsiones y visiones producidas por el mal conocido como Grisi Siknis, que sólo afecta a los miskitos, atacaron viviendas y se vuelven más violentos cuando alguien trata de desarmarlos.
El Ministerio de Salud envió el 19 de noviembre una brigada especial a Raití, ribereña del río Coco, fronterizo con Honduras, para tratar de atender a las personas que padecían esta enfermedad y estudiar la situación.
En esa oportunidad el ministro de Salud, José Antonio Alvarado, dijo a EFE que ese caso de locura colectiva no lo consideraba un tema médico, sino de personas convencidas de que estaban hechizadas y eran víctimas de la brujería.
La curandera Sandino, originaria de Puerto Cabezas, capital de la región del Caribe norte, llegó a Raití el 19 de diciembre y tras visitar el cementerio del pueblo, la selva y el río, para purificarlos, comenzó a atender a los "enfermos".
El director de Salud Mental del Ministerio de Salud, Carlos Fletes, declaró que se siente optimista por los resultados de Sandino, que continuará en Raití por un tiempo no precisado.
La brigada de salud que estuvo en el poblado regresó a Managua el lunes pasado.