A las 11 de la mañana, las campanadas de la Catedral no dejaban de repicar. El clero católico estaba de fiesta por el 49 aniversario de la ordenación del obispo Juan de Dios Caballero. Sin embargo, el sonido de las campanas anunció simultáneamente el arribo de Ángel Sergio Guerrero Mier a la sede de su quinto informe, evento que la clase política consideró también un gran festín.
“¡A partir de hoy se da el banderazo para iniciar el proceso político en el partido!”, sentenció ayer Samuel Aguilar Solís, aspirante a candidato por el PRI para la gubernatura del estado, al arribar al Teatro Ricardo Castro.
El ambiente político de este acto tuvo diferentes lecturas; empero, el arranque del proceso sucesorio abarcó gran parte de la atmósfera del lugar a lo largo y a lo ancho.
Nadie de los que quieren relevar en el cargo a Guerrero Mier en las filas del PRI se perdió la posibilidad de entrar a la pasarela. Mucho menos después de que, lo dijo alguno de ellos, “les hayan leído la cartilla por la mañana”.
Se rumoraba a las afueras del teatro sobre una supuesta ‘reunión secreta’ que sostenía Roberto Madrazo Pintado con los aspirantes de su partido a la guberantura de Durango.
Poco después, el propio dirigente nacional del tricolor aclararía el motivo de ese primer encuentro matutino con los aspirantes.
A las 11:20 horas inició el mensaje político que Guerrero Mier envió a los duranguenses en el quinto informe que rinde respecto de la situación que guarda la administración estatal.
El mandatario, desde mucho antes, sabía perfectamente que el último año como gobernador es atractivo por la novedad, pero muy diferente a los anteriores, ya que las aspiraciones de sus correligionarios se generalizan y pueden llegar a desbordarse.
Dos precandidatos llegaron juntos a la sede del quinto informe. Fueron los primeros en arribar, pero solamente hicieron un bosquejo del contenido de la reunión que acababan de sostener con Roberto Madrazo.
Uno de los aspirantes decidió no entrar al lugar por la puerta principal, sino esquivar la prensa y los abrazos al llegar por el acceso de un costado. El resto de los precandidatos del partido entró en forma paralela en la comitiva que llegó al “Ricardo Castro” junto al gobernador Guerrero y al líder nacional del PRI, Madrazo.
En ese momento se quiso entrevistar al Presidente del Comité Ejecutivo Nacional priista, quien en dos ocasiones seguidas respondió a los medios de comunicación: “A la salida”.
A su derecha caminaba el mandatario estatal. Y al tercer intento por obtener alguna declaración del tabasqueño, éste mostró más apertura para iniciar una plática con los reporteros. Sin embargo, el Gobernador no se detuvo ni un instante. Le hizo, por el contrario, una seña a Madrazo pidiéndole que no se quedara por el momento con los informadores. Y siguieron avanzando.
En la parte de las butacas, la primera fila a la diestra de Guerrero Mier fue para cuatro precandidatos a la gubernatura, algunos de los cuales se hicieron acompañar de sus esposas.
En la quinta fila de la parte central inferior del teatro, otros dos precandidatos Y motro más estuvo en el podium muy cercano al Ejecutivo.
Eran las 12:13 horas. Apenas rebasaba los 40 minutos de discurso el mandatario. Observó su reloj y anunció que abordaría con rapidez el último tema de su informe: seguridad pública. Pasaron 15 minutos y ya le dedicó la última parte de su intervención al mensaje eminentemente político-electoral, sin enviar, no obstante, alguna señal clara a los que buscan ser candidatos del PRI para el gobierno estatal.
Al acabar, acaparó la atención Roberto Madrazo, quien afirmaba visitar Durango no solamente para escuchar el informe, sino para sostener encuentros políticos con los aspirantes a la gubernatura dentro del PRI.