El Reglamento para el Expendio y Consumo de Bebidas con Contenido Alcohólico, aprobado ayer por el pleno del Cabildo, con vigencia a partir del primero de enero del 2004, establece que las patentes serán intransferibles, lo que significa que ya no se podrán otorgar a nombre de las empresas distribuidoras de cerveza, ni tampoco comercializarse, además de fijar distancias entre uno y otro local que venda embriagantes.
El nuevo marco legal, derivado de la ley del ramo a nivel estatal, contiene disposiciones suficientes que permitirán regular las acciones de comercialización y consumo de bebidas alcohólicas, a fin de impedir que los problemas que de tales actividades se generen alcancen dimensiones graves e irreversibles de comportamiento social, argumentó uno de los considerandos del dictamen elaborado de manera conjunta por las Comisiones de Gobernación, Normatividad y Legislación, y de Hacienda, Protección y Control del Patrimonio Municipal, y que fuera aprobado por los integrantes del Cabildo en su sesión de ayer.
En la misma sesión de ayer, los ediles aprobaron el nuevo formato de licencia para la venta de bebidas con contenido alcohólico, que se empezará a aplicar en 2004 con el refrendo de las patentes, y que contiene elementos de seguridad tales como tinta invisible en el logo del Municipio, folio sangrante, código de barras modificado, papel de seguridad, fotografía del titular, RFC y número y fecha del resolutivo de autorización.
?En virtud de que el refrendo de la licencia constituye una renovación, a partir del primero de enero del 2004, todas aquellas que se refrenden quedarán sujetas a las disposiciones de la Ley para el Control de Bebidas con Contenido Alcohólico del Estado y al reglamento que se emita, por lo que los propietarios o los poseedores de establecimientos y los titulares de los permisos deberán regularizarlos conforme a las nuevas disposiciones aplicables?.
El nuevo ordenamiento municipal para regular el expendio y consumo de todo tipo de bebidas etílicas permitirá al gobierno municipal llevar a cabo acciones necesarias para menguar en la sociedad los problemas que van de la mano de la inmoderada ingesta de embriagantes, como son el clandestinaje, la violencia, los delitos de diversa índole y los accidentes de tránsito, entre otros.
Prevé, según el dictamen llevado ante el pleno del Cabildo, ?todas las hipótesis posibles que se puedan presentar en la comercialización y consumo de las bebidas embriagantes. Establece reglas claras y precisas para ser aplicadas en el municipio, con características especiales, por ejemplo, que deberán contener las licencias y autorizaciones para la venta de alcoholes; regula distancias que deben existir de un establecimiento a centros de educación, salud y culto. Señala los infractores, reincidentes y las sanciones a que se hacen acreedores.
Se pretende inhibir la recurrencia de violaciones y el clandestinaje en la venta de embriagantes. Al ser intransferibles las licencias, solamente podrán pasar a otra persona por herencia o sucesión ya que, inclusive, el cambio de domicilio está restringido. La ubicación deberá ser a determinada distancia de un expendio a otro, de escuelas, templos, centros de reunión, etc.
Otro de los aspectos del nuevo reglamento es que se termina la comercialización de las patentes. Para venta de embriagantes, solamente la licencia que otorgue el Ayuntamiento será válida.
TIEMPOS
Multarán negocios
El síndico municipal, Ricardo López Pescador, informó que de las mil 100 patentes que hay para el expendio de bebidas embriagantes, hasta ayer solamente los poseedores de 200 habían pagado la cuota establecida por el permiso extraordinario que se les concedió para que durante la temporada decembrina pudieran ampliar el horario para la venta, por espacio de dos horas más.
Dijo que el compromiso fue pagar una cuota especial por ampliar dos horas la venta de las bebidas alcohólicas en el caso de los expendios, y de los restaurantes y bares el consumo. Sin embargo, el 80 por ciento no ha cumplido, por lo que se iniciará un operativo de inspección, a fin de infraccionarlos y obligarlos a que utilicen el horario normal.