EL PAÍS
JERUSALÉN.- “La decisión del gobierno de Israel de continuar con la construcción del muro, tiene como objeto destruir el proceso de paz y hacer inviable la visión del presidente Bush, de dos Estados viviendo en paz y seguridad, así como un intento de destruir cualquier fórmula de solución política”, aseguraba ayer el ministro palestino Saeb Erekat, responsable durante los últimos diez años del equipo de negociadores con Israel.
Israel aprobó ayer la construcción de la nueva fase de la barrera de seguridad con una extensión de 45 kilómetros y que penetrará unos 20 en los territorios palestinos de Cisjordania, a pesar de las críticas internacionales de que se está apropiando de territorios palestinos y socavando los esfuerzos por alcanzar la paz en la región.
Funcionarios dijeron que el gabinete había decidido continuar con la construcción de lo que considera una muralla de seguridad para mantener fuera a los atacantes suicidas, incluyendo varias cercas alrededor de bloques de asentamientos judíos.
En la misma línea de Erekat se expresó el nuevo primer ministro Ahmed Korei (Abu Alá), quien en unas declaraciones a la prensa internacional en Ramala, asegura de manera tajante que “todas estas medidas adoptadas por Israel, acabaran por destruir el proceso de paz. Abu Alá al igual que otros dirigentes palestinos conminó a Ariel Sharon a poner fin a estas obras de separación, ya que en su opinión suponen el establecimiento de un “apartheid”.
La organización de derechos humanos israelí, Betselem difundió ayer un estudio asegurando que la construcción de esta nueva fase del muro supondría el recorte de las libertades de movimiento para cerca de 80 mil palestinos, quienes a su vez sufrirían graves problemas económicos, ya que en muchos casos se les confisca las tierras o se les impide el acceso a las zonas industriales.
Estados Unidos quiere que Ariel y otros asentamientos cercanos queden fuera del área cercada por el muro, pero ministros derechistas israelíes y colonos quieren incluirlo en la parte del estado judío.
Un diplomático occidental dijo que postergar la decisión sobre Ariel, donde viven 18.000 colonos, simplemente era demorar un enfrentamiento inevitable.
Washington considera que el muro va en contra de las metas estadounidenses en la región y la comunidad internacional teme que éste cree una frontera de facto, anexando territorios de Cisjordania ocupados por Israel en la guerra del Oriente Medio, en 1967.