11 agosto 2003
Madrid, (Notimex).- El juez británico Lord Hutton inició la primera audiencia sobre el caso de la muerte del experto en armas David Kelly, con los primeros interrogatorios en los que se decidirá la reputación del primer ministro Anthony Blair.
Los interrogatorios, que se realizarán en los próximos dos meses, tendrán como protagonistas a Blair, el ministro de Defensa Geoff Hoon, el director de Comunicación de Downing Street, Alastair Campbell, y directivos de la British Broadcasting Corporation (BBC).
La investigación inició esta mañana de manera oficial cuando se llamó al estrado de las Cortes Reales de Justicia de Londres al experto en Defensa, Terence Taylor, amigo y colega fallecido Kelly, según reportes de la BBC captados en esta capital.
En su declaración, Taylor habló de la alta calidad del trabajo de Kelly, puso de manifiesto sus logros como científico y experto en Inteligencia, evidenciando el alto nivel que tenía el ahora occiso para dar una opinión válida sobre el asunto de las armas en Iraq.
Taylor dijo que habló por teléfono con Kelly apenas cuatro días antes de su muerte, además que le había visto en persona unas tres semanas antes y que de ninguna manera se notaba alterado mental o emocionalmente ni había nada que diera indicios de un suicidio.
Kelly fue encontrado muerto, en un aparente suicidio, tras ser señalado por el ministerio de Defensa como la fuente usada por la BBC en la historia que acusaba a Blair y a Campbell de haber alterado los reportes de armas en Iraq para conseguir apoyo a la guerra.
También declaró el director personal del ministerio de Defensa, Richard Hatfield, quien indicó que la infiltración que se hizo a la prensa del nombre de Kelly, al señalarlo como la fuente de la BBC, no fue gratuita y que es algo que sucedería tarde o temprano.
El ministerio de Defensa ha sido responsabilizado de la muerte de Kelly por infiltrar a la prensa su nombre como la fuente usada en la historia de la BBC sobre Iraq, cuando en realidad tenía la obligación de proteger su identidad.
Hatfield aseguró que Kelly contaba con la total y completa protección del ministerio de Defensa y confirmó que se le había invitado a participar en el reporte armamentista de Iraq expedido en septiembre, que según la BBC habría sido alterado por Blair.
Señaló que contaban con reportes dee lly hatido en febrero y mayo de este año con el corresponsal de la BBC Andrew Gilligan, autor de la historia que reveló las "alteraciones" que Blair habría hecho al reporte de armas en Iraq.
Esta semana están llamados a declarar varios altos funcionarios del ministerio de Defensa y el director de Noticias de la BBC, Sam Brooks, junto con varios directivos, reporteros y editores de esa cadena que acusó a Blair de haber "tergiversado" el caso de Iraq.
La investigación tiene el propósito de esclarecer las circunstancias que rodearon el aparente suicidio de Kelly, lo que a su vez llevará a dar cuenta del uso que el gobierno hizo de la información sobre Iraq, lo que podría costarle el cargo a Blair.
La BBC tendrá la consigna de probar que su historia se basó de manera íntegra en las revelaciones hechas por Kelly y se tratará de probar que el fallecido era una fuente con suficiente credibilidad por su cargo y el acceso que tenía a los reportes confidenciales.
Sin embargo, en esta pugna entre el gobierno y la BBC. la balanza ya parece haberse inclinado a favor del consorcio de comunicaciones, pues según las últimas encuestas muestran una total falta de confianza en la imagen del primer ministro.
Según una encuesta publicada la víspera por el "Mail On Sunday", el 37 por ciento del electorado considera que Blair debe dimitir tras su implicación en el caso Kelly y más dos tercios considera que el gobierno está lejos de ser digno de confianza.
El mismo sondeo, realizado por la empresa YouGov, indicó que el opositor partido conservador Tory goza ya del 38 por ciento de las preferencias de los votantes contra el 34 por ciento que detenta el gobernante Partido Laborista.
Asimismo, la encuesta mostró que el 47 por ciento de los entrevistados considera que "no se puede creer una palabra de lo que dice Blair", a quien se ha acusado de orquestar una guerra injustificada y basada en evidencias falsas contra Bagdad.