TOKIO,(Reuters).- Parece la perfecta oportunidad de negocio.
Todas las casas tienen al menos uno y todos los usan. Y una compañía japonesa está haciendo los productos de mayor avance tecnológico en su tipo.
Toto, el fabricante mundial que domina los inodoros de tecnología avanzada, hizo historia en la década de 1980 cuando, al mejorar un modelo estadounidense que combinó el bidé y el inodoro, produjo el "lavador", que controla electrónicamente el agua templada con la que baña las regiones más íntimas de los usuarios.
En ocasiones denominados los supertronos de Japón, los lavadores, de lo mejor en su línea, ahora vienen con paneles de control colocados en la pared tan bien arreglados y complejos como los de sistemas de estéreo.
Sus botones múltiples permiten el ajuste de la posición del inyector, la presión del agua y el tipo de rociada, más el secado con aire, purificación del aire y calentamiento del asiento para esas mañanas frías de invierno. Las temperaturas del agua y el asiento son ajustables.
Los controles también se pueden ajustar de modo que la tapa se levante mientras uno se aproxima al inodoro.
Japón ha aceptado los inodoros de tecnología avanzada. Las estadísticas gubernamentales revelan que los inodoros/bidés ahora están instalados en el 52 por ciento de los hogares japoneses en comparación con sólo el 14 por ciento en 1992.
Toto -que emplea cerca de 1.500 ingenieros- domina ese negocio con un 65 por ciento del mercado. Su rival más cercano Inax Corp, de Japón, le sigue con el 25 por ciento. Las cifras totales del mercado de sólo inodoros en Japón son similares.
Los ejecutivos de Toto dicen que las causas son temas tanto culturales como prácticos. La relativamente larga presencia de los inodoros con palanca para desechar el agua en Estados Unidos y Europa -casi 100 años- ha dado por resultado la aparición de muchos competidores e inodoros baratos.
China es un mercado clave para Toto, donde fabrica 1,1 millones de inodoros y lavamanos anualmente. Además, planea hacer aún más ahora que se espera un incremento notable para los Juegos Olímpicos de Pekín en el 2008.
Mientras los consumidores de Estados Unidos están apenas despertando a los lavadores, los japoneses se están volviendo aún más selectos.
El nuevo modelo Neorest de Toto se deshace del borde interno de riego de la taza y presenta su "flujo de tornado".
El tanque ya no aparece, la taza está conectada directamente a las tomas de agua y el agua irriga circularmente en forma de torbellino, con lo que resulta más fácil lavar un inodoro.
Apelando a su higiene escrupulosa, los japoneses son capaces de pagar entre 210.000 y 350.000 yenes (1.900-3.100 dólares) si significa que no se tiene que lavar la taza de baño, Toto lanzó el Neorest, que salió a la venta en julio del año pasado.
Pero Toto ve más allá y aprovechando los avances de la tecnología puede imaginar inodoros que puedan medir el peso, la grasa corporal y la presión, todo en la misma instalación.