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Insegura diversión/ Escasa cultura de protección a clientes en centros nocturnos

Luis Alberto Morales Cortés

Torreón, Coah.- Sábado cinco de abril, 23:30 horas, el lugar de moda esta a reventar. Los niños y niñas “bien” conviven en el mismo lugar. Para los jóvenes, lo importante es la música y el buen ambiente. Las medidas de seguridad del local pueden pasar a un segundo plano.

Después de pagar 140 pesos por la entrada y someterse a una cateo por parte de un elemento de seguridad, sólo resta subir las escaleras para entrar al recinto con mayor demanda y de reciente apertura.

Ya en el segundo piso, la aglomeración de gente es exagerada. Niñas “bien”, vestidas acorde a la nueva tendencia de la temporada, un cigarro en una mano y una bebida en la otra, gritan cuando tratan de hablar con una amiga, la música está a todo lo que da.

La clientela abarrotada invadió el pasillo, para el nuevo visitante no queda claro cual camino seguir y sin saber que rumbo tomar, sólo hay que adentrase entre la gente y dejar que los ligeros empujones nos lleven a otro lugar.

Inevitable es el contacto corporal y en ocasiones muy íntimo con el resto de las personas, las mujeres son las más asediadas, la diferencia entre un roce involuntario de un trasero y la palpada deliberada de una nalga esta a criterio de cada afectada. Los reclamos se pierden entre la multitud.

El inconveniente es que la misma situación de las mujeres se presenta en los hombres, por protección se camina con una mano adelante y la otra detrás, el empujón obliga a mantenerse erguido para no perder el equilibrio, cuando el esfuerzo es inútil, una disculpa acompañada de una sonrisa es la solución.

A cumplir las normas

En la región, la autoridad que regula el cumplimiento de las medidas mínimas de seguridad en los establecimientos es la Unidad de Protección Civil, donde su verdadera importancia se ha ganado mediante el trabajo, en una plaza donde es escasa la cultura de la seguridad en los centros de diversión de distintos giros.

Roberto Moreno Roldán, titular de Protección Civil en Torreón, señala que los establecimientos de aglomeración masiva deben contar al menos con una salida de emergencia alterna a su entrada, extintores suficientes según la dimensión del inmueble y señalamientos sobre la ruta de evacuación vigente en casos de contingencia.

“Desafortunadamente, nosotros sólo hacemos señalamientos y notificamos, no aplicamos multas y las irregularidades deben ser sancionadas por las dependencias que otorgan los permisos de funcionamiento a los establecimientos”, comenta Moreno Roldán.

Como parte de su rutina, los integrantes de Protección Civil acostumbran visitar algunos antros de manera sorpresiva para revisar el estado de sus extintores y que las salidas de emergencia no tengan llave o candado que impida su uso en caso de emergencia.

Cuando detectan sobrecupo en algún local, se informa al encargado del establecimiento y también se puede notificar a los inspectores de Control Reglamentario, con el fin de que evalúen la anomalía y procedan según sea el caso.

“El principal problema es que la Ley no obliga a los propietarios a exceder sus medidas de seguridad, por eso, en algunos casos, sólo se aplican las normas de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social”, señala el titular de Protección Civil en Torreón.

Reglas del juego

En la Secretaria de Trabajo y Previsión Social, se encuentra la Norma Oficial Mexicana, NOM-002-STPS-2000, que señala las condiciones de seguridad-prevención y combate de incendios en los centros de trabajo.

Para las unidades de Protección Civil, esta norma oficial es aplicable en todos los establecimientos, la interpretación es simple: Las reglas son para el dueño y los trabajadores del lugar, su cumplimiento garantiza entonces la misma seguridad para los clientes, que finalmente son el factor más importante.

El objetivo de la norma es establecer las condiciones mínimas de seguridad que deben existir, para la protección de los trabajadores y la prevención y protección contra incendios en los centros de trabajo.

Su campo de acción esta de la citada norma rige en todo el territorio nacional y aplica en todos los centros de trabajo.

Los más seguros

Así como existen locales que se limitan a cumplir con las medidas mínimas de seguridad, también existen establecimientos que tienen como prioridad garantizar la estancia tranquila de sus usuarios.

Desde el punto de vista de Moreno Roldán, los centros de diversión para jóvenes más seguros son: “Pi-Kyu”, “La Fe”, “Mundo Corona”, entre otros. Los criterios para calificarlos en este nivel son variados pero todos se encaminan al exceso en el cumplimiento de las normas que establece la Ley.

El interés de los propietarios o encargados de los citados establecimientos, inicia con la solicitud para la capacitación de su personal en materia de seguridad y casos de emergencia. “También se observa en la adquisición del equipo para combatir incendios y la colocación de señalamientos preventivos”, dijo Roberto Moreno.

También se detecta que los establecimientos que son construidos como centros de aglomeración masiva, cuentan con instalaciones eléctricas y redes hidráulicas de primera. Situación contraria sucede en los locales que ya edificados, son adecuados para funcionar como antros.

Peligro latente

Cuestionado sobre la verificación de medidas de seguridad en los establecimientos enfocados a la diversión nocturna del público joven y de reciente apertura, Roberto Moreno señaló que todos deben cumplir con los requisitos propios para su funcionamiento.

Por citar un ejemplo, el titular de Protección Civil menciona el caso del local “VIP”, ubicado sobre el bulevar Independencia, a unos metros del mall Galerías. “Antes de empezar a trabajar se revisó que cumplieran con lo básico”, dijo el funcionario municipal.

Las instalaciones del “VIP” se evaluaron hace más de tres meses, se observó la presencia de señalamientos, extintores y una salida de emergencia en la parte posterior. El detalle es que “VIP” está en un segundo piso.

Sobre las anomalías en algunos locales, Moreno Roldán dice que es facultad del departamento de Control Reglamentario verificar el buen funcionamiento de los establecimientos, actuar conforme a la Ley, teniendo como prioridad la seguridad de la ciudadanía.

La noche sigue

Después de diez minutos de roces y empujones dentro del antro, el movimiento de la gente conduce a la barra. Un joven es el amo y señor, todos le suplican su atención, las chicas hermosas son las más atendidas, los niños “bien” ocupan el segundo lugar, pero la gente “equis” se pierde en el limbo de la discriminación y sordera del ñoño que tiene el block para otorgar las bebidas a todos los que para entrar pagaron 140 pesos.

Transcurren 15 minutos y al final el cajero se digna a entregar un boleto por una cerveza, al joven rubio que iba adelante le dieron dos, pero la odisea aún no termina, ahora hay que regresar a la barra con los barmans.

Siguiendo el ejemplo del sujeto, el barman atiende amablemente a las hermosas jóvenes que con una sonrisa se abren paso entre la desordenada fila, detrás de la barra, un joven sostiene una cerveza, después recibe un ticket y la entrega, se le pide otra y la niega, dos monedas de diez pesos cambian su actitud y ahora entrega tres bebidas más sin la necesidad del engorroso boleto.

Ya con una dotación de bebidas, ahora la prioridad es cuidar que no se caigan, una botella en el suelo obliga a apretar las manos para no perder accidentalmente una cerveza. Un chorro de agua helada cae en la espalda, al voltear se observa a un apresurado mesero que lleva una enorme bolsa de hielos a la barra, la demanda va en aumento.

Detrás de los hielos van más cartones de cerveza, ambos entraron al local por la única puerta de emergencia custodiada por dos elementos. Al acercarse y pedir permiso para salir la respuesta es negativa mientras se señala el acceso principal, para llegar hay que atravesar el “océano” de gente, antes de poder salir a la calle.

La diversión es prioridad en los jóvenes. La novedad que implica el antro de moda es garantía de un lleno total. Para los asistentes, lo importante es pasar un buen rato, aun cuando se ignore si el local favorito cuenta con las medidas mínimas de seguridad.

Afuera sigue la enorme fila en la entrada, el favoritismo a los niños “bien”, la discriminación simulada para el resto de la gente. Adentro aumenta la dificultad para caminar, los baños saturados y el maltrato por parte del encargado de la “barra libre” son los ingredientes de una noche para una “persona muy importante”.

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