Una expresión de la inseguridad en la Comarca Lagunera
La tranquilidad de la noche se interrumpe. Gritos y maldiciones se escuchan fuera de casa. En la calle, los jóvenes que se reúnen a diario empiezan una batalla contra un grupo rival. Piedras cruzan de un lado a otro, en el saldo:ventanas y algunos autos sufren daños. En el mayor de los casos hay choques cuerpo a cuerpo. La lucha transcurre y los protagonistas empiezan a desistir, los vencidos emprenden la retirada, los de casa festejan el triunfo; mientras tanto, a unas calles, los perdedores reunen más gente, fijan su estrategia y el factor sorpresa da resultados. La pelea termina y a lo lejos se escucha la sirena de una patrulla. A veces agarran a gente ajena al problema, pero la mayoría de las ocasiones no capturan a nadie.
COMARCA LAGUNERA.- El pandillerismo es un fenómeno social que involucra a adolescentes y jóvenes, hombres y mujeres, que se reúnen e integran un grupo que por sus características puede o no cometer actos de vandalismo, faltas al Bando de Policía y Buen Gobierno o, en el mayor de los casos, delitos del fuero común y federal.
Catalogados sin fundamentos reales, la mayoría de los jóvenes que forman parte de las diferentes bandas reciben el repudio de las personas que conforman su entorno social. En la Comarca Lagunera, oficialmente son más de 60 las pandillas activas y en el caso de Gómez Palacio, los grupos ya sólo tienen el membrete.
Al respecto, José Alfredo Morales Pérez, catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAC), asegura: “Se podrá observar a las bandas y sus diferentes manifestaciones o expresiones, ubicarlas, identificarlas por sus nombres, contar el número de integrantes, calcular su edad, destacar a sus dirigentes y cuantificar riñas campales en las que han participado; reforzando la etiqueta que algunos sectores de la población les han impuesto: vagos, malvivientes, drogadictos, delincuentes, etcétera. Pero difícilmente podemos explicarnos las razones por las que se reúnen, autoprotegen y cohesionan”.
Los sectores presionan. “¡Urge grupo antipandillas!”. “¡Mano dura contra ellas!”. “¡Freno a la delincuencia!”. “¡Más presupuesto para equipo!”. “¡Más esto, más lo otro!”. El problema tiene un fondo más complejo, pero el uso de la fuerza pública es la solución más inmediata.
Grupo Antipandillas
Como apoyo a los operativos policíacos que se realizan los fines de semana, en Torreón se cuenta con el Grupo Antipandillas, formado durante la anterior administración municipal, con el propósito de combatir las riñas callejeras entre bandos contrarios que se suscitan en numerosas colonias populares.
Francisco Javier Gutiérrez Pesquera, titular de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), dice que este escuadrón queda bajo las órdenes del inspector del sector a donde son asignados cada semana, en las áreas más conflictivas.
El citado grupo aún no cuenta con un armamento especial para su labor y se informó que será adquirido para atacar los desórdenes provocados por pandilleros, así como también para dispersarlos. La petición es estudiada por parte del Consejo Regional de Seguridad Pública y el Fideicomiso.
Al abundar en el tema de las pandillas, Gutiérrez Pesquera dice que en lo que va del presente año, los operativos permanentes se llevan a cabo en los barrios más problemáticos, donde se han logrado disminuir los incidentes provocados por los grupos de vándalos, generalmente originados por viejas rencillas, avivados por el alcohol y las drogas.
Según el director de la Policía Preventiva de Torreón, a la fecha, las riñas entre pandillas disminuye-ron un 25 por ciento en relación al año anterior. Tan sólo durante el mes de septiembre se reportó al servicio 060 un total de 496 batallas campales, cifra que aunque parece considerable, muestra una baja con respecto al mismo mes pero de 2002.
Por el momento, entre las colonias más conflictivas se tiene a la Braulio Fernández Aguirre, Eduardo Guerra, Vicente Guerrero, Francisco Villa, Independiente.
Referente al fraccionamiento Manhattan, donde semana a semana se registraban problemas, ahora son mínimos los incidentes, debido a que se tiene una mayor presencia policíaca. Esto también se hará en otros lugares, dice Gutiérrez Pesquera.
“Problemas de juventud”
La anarquía y el vandalismo se apropiaron de la colonia Torreón Jardín; varias bandas de juniors cometen sus tropelías solapados por sus padres. El problema está tomando tintes más serios, pues ya hay registro de varios ataques donde menores de 14 años fueron salvajemente golpeados en el interior de sus domicilios.
El titular de la DSPM comenta que, lamentablemente, en todos los casos, la corporación sólo hace presencia, pues los padres de los afectados y de los responsables se conocen entre sí y por lo general llegan a un arreglo para que no se interponga la denuncia penal correspondiente.
Sin embargo, comenta que existe un caso —ocurrido hace un mes, aproximadamente— donde un joven de apenas 14 años fue perseguido hasta el interior de su domicilio donde irrumpieron sus agresores para golpearlo, ocasionándole lesiones diversas. El padre del menor afectado no quiso llegar a un arreglo.
El inicio
Según los reportes de los responsables de la vigilancia en Torreón Jardín, desde hace por lo menos tres meses, varias bandas de “niños bien” comenzaron a asolar a los habitantes con sus “travesuras”, confiados en que los protege “papi”, manifesta el jefe policíaco.
Hasta el momento hay identificadas ocho pandillas de juniors que realizan muy diversos actos de vandalismo en perjuicio de los vecinos del lugar. Las bandas son conformadas por jóvenes cuyas edades oscilan entre los 12 y los 18 años.
Entre las “gracias” que cometen estos adolescentes con “problemas de juventud”, se encuentran los daños en propiedad ajena, al lanzar huevos a domicilios y vehículos, ponchar llantas, arrojar piedras o envases de cerveza y refrescos en los jardines, subirse a los camellones con su vehículo e insultar incluso a las autoridades.
También existen reportes sobre la organización de “arrancones” en varios puntos de la ciudad, como en la calzada Saltillo 400, Paseo de La Rosita y avenida Mangos, entre otros; efectuados entre la una y las dos de la madrugada. Son dos hermanos de apellido Tumoine, quienes se encargan de organizarlas.
Las pistolas “gotcha” —que disparan proyectiles de pintura— ya pasaron de moda y ahora los “nenes” se entretienen haciendo otras “travesuras”, pues están plenamente seguros que sus “papis” no dejarán que pisen el interior de una celda, afirma Gutiérrez Pesquera.
Como ejemplo pone el caso de un joven que, en una noche de fin de semana, a bordo de una cuatrimoto, circuló con exceso de velocidad por la avenida Central, sobre jardines, camellones y que puso en jaque a los elementos asignados al sector.
Cuando finalmente lo detuvieron, el muchacho no quiso proporcionar su identidad, dejando que los agentes se llevaran el vehículo al corralón mientras él quedó en libertad, pues ni siquiera andaba con aliento alcohólico, explica.
Haciendo cuentas de las infracciones que cometió al bando de Vialidad, este joven alcanzó los 14 salarios mínimos de multa, que si son pagados en menos de una semana se hace el 50 por ciento de descuento, por lo que si acaso la sanción ascenderá a 300 pesos, cantidad que para ellos es como quitarle un pelo a un gato, considera el titular de la DSPM.
La impunidad
Al respecto, poco o nada puede hacer la Policía Preventiva, pues cuando se da el caso que se detiene a los responsables de daños o agresiones, de inmediato se comunican con sus padres y éstos acuden para comprometerse a saldar los desperfectos, comenta Gutiérrez Pesquera.
No han sido pocos los casos en que ocurre lo anterior, por lo que los uniformados sólo hacen acto de presencia, permaneciendo a la expectativa y como no hay denuncia, entonces no pueden intervenir.
Sin embargo, existe un caso reportado por el responsable de la vigilancia del sector, oficial Tirso Silva Ramírez, en donde un padre de familia no aceptó ningún arreglo pues su hijo fue salvajemente golpeado.
Se trata de un joven de apellido Alonso Cassale, quien fue golpeado severamente por varios jóvenes —que no rebasan los 14 años de edad— en el interior de su domicilio. Los atacantes eran encabezados por otro muchacho de apellido Madero. La denuncia ya la tienen las autoridades competentes.
Ampliamente conocidos
Las bandas de juniors están integradas por muchachos pertenecientes a familias ampliamente conocidas en la localidad, según el director de Seguridad Pública.
Al cuestionarle sobre las identidad de estos vándalos, Javier Gutiérrez se excusa diciendo que al no haber ninguna denuncia está impedido de darla a conocer.
Finalmente, dice que hasta en tanto los padres de familia no metan en cintura a sus vástagos, las tropelías de estos jóvenes continuarán, hasta que ocurra alguna desgracia de la cual ya no los pueda salvar “papi”.
Problema agudo, solución fuerte
Durante la década de los noventa, en Gómez Palacio, las pandillas rebasaron los límites del respeto a su entorno más cercano y superaron las acciones de la mermada Dirección de Seguridad Pública Municipal.
La creación de un grupo denominado "Zorros", comúnmente conocido como anti-cholos, sólo empeoró la situación.
—Combatían loco contra loco—, dice un comandante operativo de la sección urbana. El caos era total.
Para el final de la citada década, surge el interés de la autoridad municipal, a cargo de Carlos Herrera Araluce, para combatir y cortar de tajo el problema causado por 118 pandillas que tenían asolada a la ciudadanía.
En 1999, inicia la gestación de lo que ahora se conoce como el Grupo Operativo de Reacción Inmediata (GORI), cuadro paramilitar creado con el objetivo primordial de combatir frontalmente las bandas posesionadas de colonias regidas por su ley.
Ante la furia desmedida y la falta de respeto de los pandilleros, la respuesta fue aplicar una dosis similar: aderezada con labores de inteligencia, dotación de patrullas, armamento y equipo antimotines. Los choques fueron de antología.
Fue el tres de septiembre de 1999 cuando se presentó formalmente al grupo de élite y ese mismo día, también se liberó la primer guerra de guerrillas en la colonia López Portillo.
Después de esa lucha vinieron muchas más. En 2000, el padrón de pandillas se redujo de 118 a 42. La cifra es bastante considerable y fue favorable a la corporación. Para el 2001, la cantidad de bandas era de 12. Al año siguiente, quedaron tres.
—Las que están ahora ya sólo tienen el puro nombre—, asegura el comandante operativo.
Concepto, operación y tácticas de combate
Arturo López Aguilera, titular de la DSPM de Gómez Palacio, atribuye a la desintegración familiar el fenómeno de jóvenes que forman las pandillas.
“El chavo busca afecto, cuando no hay en casa lo encuentra en la calle, entonces a su banda la ve como una familia”, señala el jefe policíaco.
La ausencia de valores orilla al joven a comportarse como animal gregario. “Así como los demás animales, el ser humano es el más peligroso, delimita su territorio y está en constante lucha por el poder del grupo”.
En Santa Rosa, “Los Buchis”; en Chapala, “Los Bullterris” y “Los Boinas”; las pandillas eran sinónimo del sinfín de bandas delictuosas que todos los días, a las 20:00 horas, se daban cita en sus puntos de reunión, desafiando a la policía.
El detalle de las tácticas de combate fue reservado por Arturo López, pero en general la clave está en la aplicación de inteligencia con estrategias operativas, el combate cuerpo a cuerpo y técnicas de guerrilla urbana.
Después de la disolución de una pandilla, el trabajo no terminaba con el uso de la fuerza, la segunda fase ponía en acción la labor de prevención al delito y mediante pláticas, convivencia deportiva y oferta laboral, se logró mantener el resultado.
La adicción a las dorgas
Los problemas de adicción que tienen los integrantes del 70 por ciento de las pandillas en Lerdo, son el factor determinante que no permite el acercamiento encaminado a desarticular a las bandas. Por otro lado, los bajos recursos económicos en materia de Seguridad Pública ni siquiera permiten concebir la idea para la formación de un grupo especial anti-pandillas.
La lucha por el respeto de los territorios de cada grupo de pandillas afecta principalmente a los vecinos, que suman su molestia a la actitud que adoptan los padres al “proteger” de la policía a los “jovencitos” que incurren en faltas o delitos.
José Guadalupe Rodríguez Hidrogo, comandante operativo de la Dirección de Seguridad Pública de Lerdo, afirma que las técnicas de combate contra pandilleros son basadas en ataque de infantería, donde los elementos tiene que penetrar los territorios y enfrentarse con sus adversarios.
De un padrón aproximado de 40 grupos, el jefe policíaco enlista poco menos de la mitad, como las pandillas más arraigadas y menciona que son “Los Allende”, “Demons”, “Casi muertos” y “Warrios” los grupos que se mantienen muy activos, cometiendo delitos como el robo en diferentes modalidades.
De forma particular, en Lerdo, los integrantes de las pandillas se rigen por medio de las generaciones, y en casos como “Tejaban 13”, o “Los Buitres”, es normal que sus integrantes sigan con los rituales de iniciación, manteniendo vivo el nombre de su banda.
La difusión del deporte y la cultura no es suficiente en el municipio para convencer a los pandilleros de cambiar sus conductas.
—La mayoría son adictos, y pueden un rato jugar futbol, pero al terminar, se van por la caguama y el “chemo”, para volver a pegarle—, dice Rodríguez Hidrogo.
El problema que enfrenta la corporación para el combate frontal de las pandillas, parte de la ausencia de recursos económicos traducidos en personal, armamento, y vehículos destinados a la formación de un verdadero grupo especial, que se dé a la tarea de erradicar las bandas o convertirlas en inactivas.
Corazón de “Buchi”
Alejandra tiene 22 años, hace días nació su tercer hijo, una hermosa pequeña. Alejandra es hoy una ama de casa, su esposo está a cargo de un negocio y en su hogar, a medio construir, tienen lo necesario para vivir cómodamente.
De piel morena, robusta pero no gorda, muy alta, con poco más de 1.77 metros de estatura, ojos grandes, labios gruesos, cejas depiladas y marcadas con un trazo de delineador, Alejandra abre la puerta de su hogar para iniciar una plática.
Sus hijos de cuatro y tres años revolotean por la sala, saltan de un sillón a otro, se suben casi arriba de la televisión, tratando de llamar la atención del extraño visitante; en el otro cuarto, la hermana adolescente de Alejandra cuida de la recién nacida.
Vestida con una playera negra dos tallas mayor que la suya, un pantalón oscuro holgado y un par de tenis blancos, Alejandra ofrece el sillón de su sala, donde la televisión encendida sintoniza la novela del momento.
Junto al televisor hay una videocasetera, un reproductor de DVD, un estéreo grande, todos en un flamante centro de entretenimiento de vistosa madera. En el mismo cuarto, una computadora prendida, similar a las que vende una compañía de teléfonos.
La situación actual de Alejandra parece no generar novedad, pero lo relevante está en el pasado. Hace seis años, de manera fortuita, Alejandra se integró a la pandilla más grande y temida de Gómez Palacio, “Los Buchis” de Santa Rosa.
En 1997, Alejandra vivía con su madrina en la zona centro de Gómez Palacio, una amiga de la secundaría se juntaba con “Los Buchis” y un día la llevó con el grupo. “Esa vez una chava andaba muy problemática, estaba molestando a las demás y entonces yo le salté y le puse, de ahí me invitaron a que me juntara”.
Cuando Alejandra se integró a la banda, la popularidad de “Los Buchis” abarcaba toda la Comarca Lagunera, y entre 60 y 80 integrantes viajaban en manada a los bailes más sonados. “El hermano de uno de los muchachos tenía un camión de pasajeros, le pagábamos cinco pesos cada uno y nos íbamos, unos sentados y otros parados”.
Era tanta la integración de la “Los Buchis” que sus elementos formaban un gran familia. Algunos de los lazos de amistad evolucionaron y se convirtieron en amor. Ahí Alejandra conoció al “Cholo”, integrante de la misma banda. Dos años después, la llegada de su primer hijo los unió y la relación sigue hasta hoy.
Antes del matrimonio, el par de “Buchis” actuaba como todos los novios. Una bicicleta era su vehículo que los desplazaba a cualquier lugar. Fue una noche cuando regresaban a su barrio, cuando unos tipos en otras bicicletas les gritaron; al detener la marcha, se escuchó un disparo que atinó a su pareja.
“En otra vez, íbamos casi llegando a la colonia, cuando unos chavos iban en una camioneta y nos dispararon, a mí me dieron un rozón, a mi esposo le atinaron”, cuenta Alejandra parte de las dos experiencias más desagradables cuando formaba parte activa de la banda.
Los problemas habituales ocurrían en los bailes de Torreón. Al llegar al Continental, hasta los locutores los identificaban. Una noche al baile sólo fueron las mujeres.
Al llegar la raza, ya estaba lista para un enfrentamiento, “me querían echar a una de ‘Los Demons’, pero de volada le puse; después, un bato me dio una patada en el estómago y todos terminamos en la cárcel”.
Cuando se refiere a la policía en el pasado, Alejandra cuenta que “Los Buchis” siempre los echaban en corrida. El tiempo pasó y en 1999 los elementos del Grupo Operativo de Reacción Inmediata (GORI), dependientes de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, enfrentaron a la pandilla.
“Eran muchos, todos armados con rifles, con cascos y escudos, nadie corrió, todos nos quedamos parados, sabíamos que al que corriera se lo iban a bañar, mejor todos juntos fuimos a la cárcel”, comenta Alejandra.
“Los Buchis” se reunían en la calle Juárez, entre las avenidas Auza y Corona; en esa cuadra está la privada Juárez. En ese lugar, un señor que vendía tacos de buche fue el responsable indirecto del nombre que adoptaron los integrantes de la temida banda.
Además de los problemas con la policía, “Los Buchis” enfrentaron otras situaciones difíciles. “Yo veo en el periódico que cuando hablan de ‘Los Buchis’, dicen que ‘El Fredy’ es el líder de la banda, no sé por qué lo hacen, si ‘El Fredy’ se mató sin querer el primero de junio de 1997”.
El exceso de los actos delictivos entre pandillas ocurrió el cuatro de enero de 1998, cuando en un enfrentamiento entre “Buchis” y “Unidos”, falleció en la explanada de la clínica del IMSS número diez, Gustavo Olvera Quiñones.
“Esa vez yo no andaba, tenía el pie lastimado, todo me lo platicaron, pero siempre dije que no estuvo bien, una cosa es juntarse y echar cotorreo, pero matar a una persona no”, dice Alejandra.
Las drogas son un elemento que predomina en las pandillas, Alejandra dice que con “Los Buchis”, el que quería le entraba y el que no, pues no. Hoy, su hermana adolescente tiene la inquietud de Alejandra en el pasado: pertenecer a “Los Buchis”.
“Ya no es lo mismo, ahora unos se juntan y dicen que son ‘Buchis’ pero no es cierto, los que siguen y que estaban antes se quedaron en el avión, yo sólo le digo a mi hermana que tenga cuidado con las drogas, no le puedo decir que no se junte, yo ya lo viví, pero sí que tenga mucho cuidado”.
La plática acaba, la bebé llora, es hora de cenar. Alejandra se levanta con dificultad del sillón, agobiada por las secuelas del parto. La entrevistada pide la garantía del anonimato y considera que Alejandra es un buen nombre para la historia de la joven mujer que en su corazón todavía es una “Buchi”.
LAS BANDAS
De las pandillas identificadas por las autoridades en Torreón, el 60 por ciento pertenece a la zona urbana y el resto, al medio rural.
Nombre Colonia Integrantes
Los Reos Vicente Guerrero 20 a 30
Los Novenos Vicente Guerrero 20 a 25
Los Gatos Vicente Guerrero 15 a 20
Los Perros Vicente Guerrero 10 a 15
Los Cucos Eduardo Guerra 30 a 40*
Los Pelos Eduardo Guerra 15 a 20
Los Chichacas Eduardo Guerra 20 a 30
Los Hieleros 13 Lázaro Cárdenas 15 a 20
Los Maniacos 13 Las Dalias 30 a 35*
Los Clobers Las Luisas 15 a 20
Los Pelones Las Luisas 20 a 25
Los Torres Las Julietas 20 a 25
Los Dementes Las Julietas 20 a 25
Los Homies Manhattan 25 a 30
Los Reos 15 Valle Oriente 20 a 30
Los Loretos Valle Oriente 15 a 20
Los Verguereos Valle Oriente 10 a 15
Los Reos 13 Latinoamericano 20 a 30
Los Saicos División del Norte 30 a 35
Los Parras División del Norte 20 a 30**
Los Dragones División del Norte 20 a 25
Los Pantas Francisco Villa 35 a 40
Los Curiosos Francisco Villa 20 a 25
Los Dickies Francisco Villa 15 a 20
Los Boinas Francisco Villa 20 a 25
Los Chicanos Francisco Villa 15 a 20
Los Diablos Francisco Villa 15 a 20
Los Texanos Francisco Villa 20 a 25
Los Chinos Francisco Villa 15 a 20**
Los Kalimanes Abastos 15 a 20
Los Carter Abastos 15 a 20
Los Mayos Las Magdalenas 25 a 30
Los Hippies Las Magdalenas 15 a 20
Los Lupitos Las Magdalenas 15 a 20
Los Aretes Las Carolinas 30 a 35
Los Gasofos Aviación 25 a 30
El Barrio Negro Aviación 25 a 30
Los Bañados Primero de Mayo 30 a 35
Los Unidos Primero de Mayo 25 a 30
Los Narcos Primero de Mayo 15 a 20
Los Indios Primero de Mayo 15 a 20
Los Chicanos J.R. Mijares 20 a 25
Los Harpies Nueva Rosita 25 a 30
Los Vagos Nueva Rosita 15 a 20
Los Oldies Nueva Rosita 15 a 20
Medio Rural
Los Perros Ej. Los Arenales 18 a 20
Sin Nombre Ej. La Perla 10
Los Ávalos Ej. Jalisco 8 a10
Los Cuarentillas Ej. Juan Eugenio 15
Los Tequilas Ej. La Unión 30
Los Rumas Ej. La Concha 8
Los Osiris Ej. La Concha 12
Los Tacuaches Ej. La Concha 12
Los Pelones Ej. Rancho de Ana 40
Los Traviesos,
7 Locos Ej. San Agustín 27
La Chona Ej. La Unión 12
Los Vagos Ej. La Unión 20
Los Tristes Ej Ana-Primavera 20
Los Esquineros Ej. La Paz 15
Los Florindos Ej. La Unión 6
Los Muertos Ej. Paso del Águila 10
Los Perros Ej. Los Arenales 15 a 20
Los Puente Negro Ej. La Perla 20 a 29
Los RusIs Ej. Rancho Alegre 10 a15
Los Cherokies Ej. La Rosita 20 a 30
Los Rokis Ej. El Águila 12 a 15
Los Chavazos Ej. La Rosita 17 a 20
Los 13 Silvas Ej. La Joya 19 a 22
Los Galletas Ej. La Joya 20
Los Chinos Ej. Santa Fe 20 a 25
Los Quebrones Ej. Santa Fe 20
Los Rikis Ej. Plan de San Luis 12 a 15
* Menores de edad
** Familia
FUENTE: Dirección de Seguridad Pública Municipal de Torreón
ACTIVAS Y PELIGROSAS
En Lerdo, el padrón de pandillas conflictivas también incluye a las más problemáticas, donde algunas además de las faltas al Bando de Policía y Buen Gobierno, cometen delitos del fuero común y federal.
Nombre Colonia
1.- Casi muertos Benito Juárez*
2.- Los Tacuba Álvaro Obregón
3.- Los Demons San Isidro*
4.- Los Allende San Isidro*
5.- Los Vagos San Isidro
6.- Los Buitres Roberto Fierro
7.- Warrios Armando del Castillo*
8.- Los Vagos J. G. Meraz
9.- Los Reyes Cinco de Mayo
10.-Los Panchos Cinco de Mayo
11.- 13 Milpas Cinco de Mayo
12.- Los Vagos Cinco de Mayo
13.-Los Mausoleos Cinco de Mayo
14.- Tejabán 13 Guadalupe Victoria
15.- Las Palmas Las Palmas
16.- Los Jueces Zona centro
17.- El Mini Zona centro
18.- Los Puentes Zona centro
*Peligrosas
FUENTE: Dirección de Seguridad Publica Municipal
BURGUESES Y ARISTÓCRATAS
Entre las bandas de “niños bien” que se han logrado identificar en Torreón Jardín, se tienen por lo menos a ocho de ellas, que son:
*“Los Aguilera”.
*“Los Trous”.
*“Los Billers”.
*“Los Lager”.
*“Los Aztecas”.
*“Los Cowboys”, también conocidos como “Los Chiquinarcos”.
*“Los Placos”.
*“Los Mini Marco”.
FUENTE: Dirección de Seguridad Pública Municipal