TORREÓN, COAH.- Aunque hace dos años se dio a conocer a la luz pública la existencia de “aviadores” en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN), lamentablemente esta casa de estudios sigue pagándole a gente que no trabaja; en Saltillo el problema es más grave, sostienen representantes sindicales.
El Siglo de Torreón dialogó con Abraham Gutiérrez Benítez y Héctor Medinaveitia Ríos, secretario general y de organización del Sindicato de Trabajadores Académicos de esta casa de estudios, quienes reconocieron además los problemas económicos que se viven en la Narro, debido al desvío de recursos, pues se trabaja con un déficit de más de 80 millones de pesos.
Recordaron que a finales del año anterior, inició la auditoría a la administración saliente de la universidad y se detectaron gastos que hasta el momento no se han justificado; los estudios practicados por la Secretaría de la Contraloría ya terminaron, y se está a punto de dar a conocer el dictamen, anunciaron.
Al abordar el tema de “aviadores”, gente que cobra sin trabajar, aunque en un principio aceptaron que en la Unidad Torreón hay como cinco, corrigieron y aclararon: “para estar seguros, son tres”, pero en Saltillo sí se tienen detectados como 50.
El problema aquí se ha estado corrigiendo, pues había gente que cobraba tiempo completo sin trabajar ni una hora y hoy cuando menos cumplen con dos o tres horas a la semana; sin embargo al rector se le eligió precisamente por la promoción que hizo entre sus promesas de campaña, terminar con esta situación.
Gutiérrez Benítez reconoció que se tienen muestras de inconformidad por parte de catedráticos que cumplen con su tiempo completo, pues consideran injusto el que a otros se les pague a pesar de su descarada irresponsabilidad.
Para atender esta situación, el rector ya planteó dos formas, explicaron: una que se les asigne el pago por hora trabajada o bien terminar con la relación, aunque esta opción resulta muy costosa, reconocieron, ambos.
La Narro, a dos años de darse a conocer públicamente, sigue destinando grandes cantidades de dinero, para pagarle a más de 50 empleados que no cumplen con su trabajo dentro de la universidad, sostuvieron.
¿Y dónde están los 20 millones?
Por otra parte, los líderes de trabajadores académicos, citaron otro problema; el relacionado con la desaparición de 20 millones de pesos, un fideicomiso creado como fondo para el retiro, situación que mantiene en la incertidumbre a más de 600 trabajadores.
El recurso se empezó a reunir desde hace más de 20 años, recordaron, cuando con aportaciones de trabajadores y del gobierno, se pretendía homologar el beneficio de pensiones, como a los trabajadores de la educación pertenecientes a la Sección 38.
Todos los rectores de la universidad respetaron el convenio, beneficios y todo como estaba, comentaron, sin embargo, Enrique Navarro, rector saliente hizo uso del dinero sin tomar en cuenta la opinión de trabajadores.
El dinero lo depositó en la llamada Unión de Crédito Rural de San Luis Potosí, cuya caja de ahorro al poco tiempo fue intervenida por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; el dinero desapareció y hasta el momento no se ha recuperado.
Dentro de la universidad, se requieren acciones para corregir y retomar el rumbo del papel que debe tener esta casa de estudios en la sociedad, concluyeron.