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BAGDAD, IRAQ.- El presidente Saddam Hussein acusó ayer a los inspectores de la ONU de ser espías en vez de encargarse de buscar las armas químicas, biológicas o nucleares que Iraq niega tener.
Estados Unidos rechazó las acusaciones como “infundadas y falsas” y como violación de las obligaciones impuestas a Iraq por el Consejo de Seguridad de la ONU.
“Esta no es la manera de resolver esta situación... Sus acusaciones son falsas y tal vez indiquen su intención de no cumplir”, declaró el vocero del Departamento de Estado, Richard Boucher.
En un discurso televisado para conmemorar el Día del Ejército, el presidente iraquí denunció que los inspectores están recolectando los nombres de científicos iraquíes, les hacen preguntas que revelan “intenciones ocultas” y reúnen información sobre instalaciones militares.
“Todas o casi todas” esas actividades “constituyen trabajo puramente de espionaje”, dijo Saddam.
Por resolución del Consejo de Seguridad, los inspectores de armas se encuentran en Iraq para determinar si aún posee armas químicas, biológicas o nucleares o los medios para dispararlas. Bagdad niega tener esas armas, pero Washington y Londres le acusan de ocultarlas.
El presidente estadounidense George W. Bush ha amenazado con atacar el país y derrocar el régimen de Saddam si no elimina todas sus armas de destrucción en masa tal como lo requieren las resoluciones de la ONU aprobadas luego de la invasión iraquí de Kuwait en 1990.
Bush dijo ayer que no parece que Saddam quisiera cumplir con el desarme de su país. “Pero tiene tiempo”, dijo.
En respuesta a las acusaciones de Saddam, Bush dijo que “era un comunicado interesante. Cuando se combina el hecho que su declaración fue claramente deficiente, es muy desalentador para aquellos que quieren resolver el asunto en forma pacífica”, en referencia al informe sobre armas que entregó Iraq el año pasado.
El canciller británico Jack Straw dijo ayer que se alejaba la probabilidad de guerra con Iraq, pero se negó a explicar por qué pensaba así.
“La guerra no es inevitable... y la comunidad internacional prefiere una resolución pacífica” del asunto, dijo Straw en una entrevista con la radio BBC.
En su discurso, Saddam acusó a Estados Unidos de tratar de obligar a los inspectores de la ONU a ir más allá del objetivo declarado del Consejo de Seguridad, “incluso en la mala resolución emitida en su nombre”, por ejemplo, al insistir en que los inspectores interroguen a los científicos iraquíes fuera de su país acerca de los programas armamentistas.
Saddam no aclaró si esas sospechas significan que Iraq desistirá de cooperar con ellos. Otros funcionarios iraquíes se han quejado por la manera como los inspectores realizan su tarea, pero han dicho que Iraq seguirá cooperando para demostrar que no tiene armas prohibidas y evitar la guerra.
El presidente iraquí apeló al mundo árabe y musulmán en su discurso al decir que el objetivo de Estados Unidos en la región era apoderarse de los recursos petroleros y garantizar la seguridad de “la entidad sionista”, es decir, Israel.
Un día después de los atentados suicidas que mataron a 22 personas en Tel Aviv, Saddam elogió a los “campeones de la abnegación que enfrentan la agresión sionista con sus vidas”.
En una réplica inmediata, el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dijo que “el elogio público de Saddam Hussein a quienes toman vidas inocentes es horroroso”.
En 1998, un régimen de inspecciones fracasó en medio de disputas entre Iraq y la ONU sobre la presunta presencia de espías norteamericanos entre los inspectores y el acceso de éstos a instalaciones secretas.
A principios de diciembre, el vicepresidente iraquí Taha Yassin Ramadan acusó a los nuevos inspectores de reunir información para Washington e Israel, afirmando que “su tarea es espiar al servicio de la CIA y el Mossad”.
Las acusaciones de Ramadan fueron rechazadas inmediatamente por Ewen Buchanan, vocero del jefe de inspectores Hans Blix. Está claro, dijo Buchanan, que cualquier inspector sorprendido trabajando para un gobierno en particular será despedido.
Si los inspectores espían, lo hacen “para las Naciones Unidas”, dijo Melissa Fleming, vocera de la Agencia Internacional de Energía Atómica de la ONU, ayer después del discurso de Saddam.